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A Fondo

Cinco tendencias que revolucionan la forma en la que almacenas tus datos

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Uno de los campos IT en los que la tecnología más ha avanzado en los últimos años es el del almacenamiento empresarial. En pocos años hemos visto cómo el almacenamiento definido por software, tecnologías como NVMe o al más moderno almacenamiento computacional se introducen poco a poco en los centros de datos de las empresas. ¿Pero qué tendencias estamos viendo en este momento en este campo? ¿Qué términos tienes que dominar si no quieres quedarte fuera de lo que viene? ¿Cómo va a mejorar tu forma de trabajar? Te lo contamos en el siguiente reportaje.

Almacenamiento definido por software (SDS)

Gracias a características como automatización, flexibilidad, o la facilidad para incrementar (o reducir) la capacidad de almacenamiento a golpe de clic, cada vez son más las empresas que o han migrado o están considerando migrar a una infraestructura de almacenamiento definida por software.

La principal ventaja que ofrece el almacenamiento SDS frente al «tradicional» es su capacidad de separar la capacidad de almacenamiento del hardware sobre el que se asienta. A diferencia del almacenamiento NAS (network-attached storage) o SAN (storage area network), el SDS está diseñado desde cero para poder funcionar sobre cualquier sistema x86 y además, con este tipo de almacenamiento, se consigue una interacción mucho más inteligente entre cargas de trabajo y almacenamiento, un almacenamiento mucho más ágil y una tremenda capacidad para escalar.

Para conseguirlo, el SDS virtualiza los distintos recursos de almacenamiento a la vez que ofrece una interfaz de gestión unificada y fácil de utilizar, en la que se representan los distintos «pools» como un recurso único.

NVMe/NVMe-oF

Desde su lanzamiento, las unidades NVMe (Non Volatile Memory Express) han representado un importante avance en el terreno del almacenamiento empresarial, ya que por primera vez habilitaban la posibilidad de compartir datos dentro de la propia red. Antes de eso, las unidades que se instalaban en los centros de datos eran SSD PCI Express, lo que dificultaba mucho la transferencia de datos entre distintos servidores.

Esto en la práctica se traducía en que una unidad SSD solo daba servicio al servidor en el que se instalaba. Además NVMe favorece que el intercambio y transmisión de datos se produzca a latencias ultrabajas y procesar colas de información de forma paralela.

Con la nueva especificación NVMe-oF (Non Volatile Memory Express over Fabrics) no solo es posible que una máquina se comunique directamente con otra para obtener datos y transmitirlos, sino que es posible hacerlo utilizando fibra y otras redes de alta velocidad y no exclusivamente sobre Ethernet.

Tomados en conjunto NVMe y NVMe-oF representan un salto importante en términos de rendimiento y latencia con respecto a sus predecesores, SATA y SAS, ofreciendo capacidades que hasta hace no demasiado estaban solo disponible a empresas dispuestas a pagar un precio casi prohibitivo.

Almacenamiento computacional

El almacenamiento computacional apuesta por realizar cierto procesamiento en la capa de almacenamiento, en lugar de en la memoria principal de la CPU del host.

El desarrollo de nuevas aplicaciones en campos como la Inteligencia Artificial o IoT requieren cada vez mayores capacidades de almacenamiento de alto rendimiento, así como recursos computacionales adicionales. Sin embargo, en un escenario clásico, el traslado de datos al procesador host es costoso e ineficiente y es por eso que entra en esta ecuación el almacenamiento computacional.

En este sentido el almacenamiento computacional puede utilizarse desde dispositivos edge que filtran los datos antes de enviarlos al cloud, hasta arrays de almacenamiento que clasifican datos antes de enviarlos a racks y los transforman para poder emplearlos en aplicaciones de Big Data.

Memoria de clase de almacenamieno (SCM)

Hace años que la memoria de clase de almacenamiento está llamando a la puerta, con los módulos de memoria Intel Optane, Toshiba XL-Flash y Samsung Z-SSD como sus representantes más destacados. Hasta ahora no es que hayan tenido un éxito arrollador, pero todo podría cambiar en los próximos meses gracias a lo nuevo de Intel.

En este sentido, la nueva generación Optane combina las características de una DRAM rápida pero volátil con un almacenamiento NAND más lento pero persistente. Este combo  tiene como objetivo aumentar la capacidad de los usuarios para trabajar con grandes conjuntos de datos, proporcionando tanto la velocidad de la DRAM como la capacidad y persistencia de NAND.

Y no es que SCM sea simplemente algo más rápido que NAND, sino que es miles de veces más rápido. En este sentido hablamos de latencias que pueden pasar de milisegundos a microsegundos, una auténtica barbaridad.

Gestión del almacenamiento Intent-Based

Junto al resto de tecnologías que hemos visto hasta ahora, se espera que la gestión del almacenamiento Intent-Based mejore la planificación, el diseño y la aplicación de arquitecturas de almacenamiento, especialmente en las organizaciones que se enfrentan a entornos de misión crítica.

En este sentido, esta aproximación puede ofrecer los mismos beneficios que hemos visto en el Intent-Based Networking, como poder escalar a más velocidad, más agilidad operativa y la adopción de una tecnologías emergente que se adapta tanto a las aplicaciones nuevas como a las ya existentes.

Este enfoque también puede reducir el tiempo de implementación y la gestión del almacenamiento en varias magnitudes cuando lo comparamos con la administración del almacenamiento convencional, a la vez que es mucho menos propenso producir errores.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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