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Opinión

Low-Code, desarrollando aplicaciones ágiles y económicas

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El sector de tecnologías de desarrollo low code crecerá un 23% en 2021

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha transformado radicalmente los hábitos de la sociedad mundial. La súbita irrupción del teletrabajo, las clases online, y el fuerte incremento del e-commerce y de las transacciones digitales han sido solo algunos de los efectos más notables y notorios que deja tras de sí esta pertinaz pandemia. 

Sin embargo, no han sido los únicos porque, casi de un día para otro, las empresas se vieron conminadas a reinventar sus modelos de negocio, bajo el lema de renovarse para no sucumbir.  Las empresas que, tradicionalmente, habían desarrollado modelos de trabajo presenciales, modificaron rápidamente sus estrategias y, en solo 24 horas, consiguieron que el 90% de sus trabajadores pudiera desempeñar sus funciones desde su propia casa, y sin menoscabo alguno de la calidad del servicio ofrecido a sus clientes. 

También los servicios públicos se sumaron vertiginosamente al cambio. Consultas médicas, impartición de clases de colegios, institutos y universidades, adquisición de productos de primera necesidad afrontaron el salto a lo digital sin solución de continuidad. El desafío a afrontar no dejaba margen a la duda: digitalizarse o quedar atrás. 

La apuesta por la digitalización fue, como lo sigue siendo ahora, unánime y clara. De hecho, a lo largo del último año se ha incrementado de manera ostensible la presión del negocio sobre los departamentos de TI de las organizaciones. 

Fundamentalmente, la circunstancia vivida por las organizaciones, con independencia del sector al que pertenezcan y del tamaño que tengan, ha evidenciado la necesidad de apostar por una nueva modalidad de desarrollo de software que, en un entorno de arquitecturas complejas, ha de cumplir con la misión de facilitar el diseño e implementación de aplicaciones en tiempo récord. 

Siempre preparados ante cualquier imprevisto

La pandemia, de la que afortunadamente ya empezamos a salir, nos ha enseñado una lección imprescindible de cara al futuro: las organizaciones deben estar preparadas ante cualquier imponderable, sea del tipo que sea. Para lograrlo, deben ser capaces de desarrollar e implementar aplicaciones de calidad, que además sean seguras, flexibles, escalables, fáciles de usar y accesibles desde cualquier dispositivo. En suma, que puedan ofrecer al usuario una buena experiencia, con un tiempo de desarrollo y un coste realmente bajo. 

Justamente es en este contexto en el que las plataformas de Low-Code tienen mucho que decir. De acuerdo con un estudio de Gartner del año 2019, hasta el 65% de las funciones de desarrollo de aplicaciones serán proporcionadas por plataformas de Low-Code en 2024. ¡Todo un síntoma!

Y lo será fundamentalmente porque esta tecnología se ha propuesto democratizar el desarrollo de aplicaciones para conciliar los tiempos de desarrollo con los del negocio y, por supuesto, también las demandas del mercado y de los usuarios de la tecnología con la realidad empresarial e industrial. 

Usar una plataforma Low-Code es sinónimo de conseguir beneficios. Primero porque su velocidad de desarrollo permite reducir significativamente el time to market, el número de horas de programación y, en consecuencia, el tamaño de los equipos necesarios para afrontar el proyecto y los costes asociados. De hecho, un informe de KPMG asegura que el incremento de la productividad en el ciclo de desarrollo y entrega de soluciones es de 2 a 4 veces superior con plataformas Low-Code que con el desarrollo de software tradicional. 

Pero Low-Code añade más ventajas, como su capacidad de integrarse fácilmente y sin límites con los otros sistemas y aplicaciones de la organización, y por la escalabilidad de las soluciones desarrolladas. 

A más de estas ventajas, es esencial saber que la adopción de una plataforma Low-Code no es, por sí misma, la clave para optimizar el desarrollo de software y el time to market de todas las organizaciones. Para consolidar el potencial de la velocidad organizacional y la transformación digital, la evolución tecnológica ha de ir de la mano de un cambio en el paradigma cultural de las empresas porque la “nueva normalidad” se ha hecho un hueco en nuestras vidas, a nivel personal y profesional, y los procesos se irán adaptando, cada vez más, al nuevo entorno digitalizado.

Firmado: Inés Ruiz Múzquiz, gerente de cuentas Low-Code Solutions en Altia

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