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Intel retrasa hasta 2022 las decisiones sobre la construcción de fábricas nuevas

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Intel

Intel ha decidido retrasar hasta 2022 la toma de decisiones sobre las nuevas plantas de fabricación de chips que tiene intención de levantar en Europa y Estados Unidos. Eso sí, según Tom’s Hardware este retraso tendrá muy poco impacto en la industria de inmediato, puesto que no puede satisfacer la demanda inmediata de productos, y el levantamiento de plantas no incidiría en una mayor disponibilidad de productos a corto plazo.

Intel, por tanto, no anunciará las nuevas ubicaciones a finales de este año, como estaba previsto. Según ha confirmado su CEO, Pat Gelsinger, en una conferencia de prensa en la que sí anunció el levantamiento de una nueva planta de diseño y pruebas de chips en Malasia. en la que según Reuters invertirá 7.000 millones de dólares y que estará ya en fase de producción en 2024.

Según lo expuesto en su estrategia IDM 2.0, presentada a principios de 2021, y que busca escalar su fabricación de semiconductores para llevarla más allá de sus productos y convertirse en un fabricante de chips competitivo, Intel necesita construir varias plantas de fabricación de chips, de las que unas cuantas estarían en Estados Unidos y Europa. Estas plantas, que costarían hasta 200.000 millones de dólares, serán anunciadas ahora «a principios de 2022», aunque sin fecha concreta. Es decir, podrían anunciarse en enero, pero también podrían confirmarse en abril.

En 2021 Intel ha comenzado la ampliación de dos de sus instalaciones de semiconductores. Son las fábricas 52 y 62 de la compañía, y están en su campus de Ocotilo, cerca de la localidad de Chandler, en Arizon. Estas nuevas plantas costarán unos 20.000 millones de dólares y mejorarán la capacidad de producción de las instalaciones que hay ya en el campus. Pero no es lo mismo construir plantas adicionales a las que ya funcionan en un campus ya operativo que poner en marcha plantas en ubicaciones completamente nuevas.

La compañía ha confirmado que contará en Estados Unidos, gracias a estas ampliaciones, con un complejo del tamaño de una ciudad pequeña, lo que le supondrá un coste de entre 60.000 y 120.000 millones de dólares. Tendrá entre seis y ocho plantas, en las que se fabricarán chips con los nodos de última generación de Intel, que se empaquetarán con tecnologías propietarias de la compañía, como EMIB y Foveros.

Los planes de la compañía para sus plantas en Europa parecen bastante similares. Eso sí, quiere poner en marcha un nuevo campus en Europa continental, para empezar la construcción de una nueva planta de 20.000 millones de dólares e ir levantando después otros módulos, lo que elevaría la inversión hasta 100.000 millones de dólares con el tiempo: a lo largo de una década. Necesita levantar sus nuevas instalaciones en un punto que tenga acceso a comunicaciones y talento, lo que en la práctica quiere decir que necesita que esté cerca de ciudades grandes.

Además, Intel espera conseguir subvenciones e incentivos de gobiernos locales y nacionales durante varios años, y convencer a las autoridades de ello es complicado. Pero se aplicará en ello, porque la construcción de instalaciones de fabricación de chips a gran escala es importante para Intel y su negocio de fabricación de chips. Al aumentar sus instalaciones podrá escalar su capacidad de producción de manera similar a como lo hace TSMC, con rapidez y planificación previa. La negociación, y su complejidad en cuanto a valoraciones, acuerdos y preparación, puede hacer sido el factor que retrase la decisión sobre el lugar en el que Intel levante sus nuevas plantas.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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