Google avanza con Project Starline, su proyecto de videoconferencias con hologramas de personas en 3D

Google jamás se detiene. Esta es una de sus políticas de empresa y, en realidad, es algo imprescindible en el ADN del gigante tecnológico desde su nacimiento: seguir creando e innovando en el terreno de la tecnología y las comunicaciones aunque, a veces, estos experimentos no le salgan del todo bien. Ahora es el turno de Project Starline.

Se trata de una tecnología experimental -aún en fase primaria- que utiliza pantallas de campo de luz para la creación de hologramas. Su función es la de permitir chat de videos a larga distancia utilizando eso mismo, hologramas, y no los métodos más tradicionales. Un proyecto que ha empezado, incluso, a probar fuera de las instalaciones de Google, en oficinas reales y como todo proyecto comprobar errores, mejoras y la máxima utilidad en entornos organizativos.

Project Starline fue anunciado en la keynote de Google I / O 2021 pero ha tenido que postergarse durante un año tras la acumulación de proyectos. En la actualidad, la compañía asegura que sus pruebas en empresas están yendo bien pero espera que Starline sea “más accesible” en un futuro más cercano. 

En otras palabras, ¿qué diferencia hay entre organizar una videoconferencia por Zoom con personas de tu empresa o de otras organizaciones y hacerlo con Starline? Que con Zoom, la comunicación se limita a una cámara tradicional. Pero con Starline, se le da al propio chat de una vida en 3D gracias a una cabina de algo más de 2 x 2 metros, con la sensación de tener a la persona en la misma habitación reunida con nosotros.

No es un proyecto fácil. De hecho, el utilizar una pantalla de campo de luz y varias cámaras supone el uso de un hardware de gran complejidad. Y, por tanto, más caro que el que se utiliza en las videoconferencias al uso, algo que podría dificultar su implementación `a gran escala´.

Datos técnicos de Project Starline

A nivel técnico, el lado de la pantalla de la cabina de video cuenta con 14 cámaras y 16 proyectores IR, que funcionan para crear, capturar y rastrear un avatar 3D fotorrealista en tiempo real. También, cuatro micrófonos y dos altavoces que no solo reproducen el habla. Y es que, el audio y la formación dinámica de haces de luz hacen que el discurso suene como si estuviera saliendo de la boca del propia avatar.

Enviar un avatar 3D a través de la conexión de chat de video permite a Google corregir la línea de los ojos. Cuando una cámara web en la parte superior de una pantalla hace que sea imposible hacer contacto visual mientras se mira una pantalla, un avatar 3D puede eludir la desconexión entre el centro de una cámara y el centro de una pantalla, lo que permite el contacto visual mutuo. Google está procesando todos estos datos en una robusta estación de trabajo dual Xeon con cuatro GPU NVIDIA, dos Quadro RTX 6000 y dos Titan RTX.

La pantalla de Starline es un panel lenticular autoestereoscópico de 65 pulgadas, 8 K y 60 Hz que genera una vista 3D sin gafas de un avatar de tamaño real. Mientras que el otro lado de la cabina cuenta con una retroiluminación infrarroja y un banco de aspecto bastante rígido para restringir al usuario en el punto óptimo 3D de la pantalla y limitar el alcance de todo el sistema de generación de avatares. 

Google se muestra esperanzadora con el proyecto según ha comentado desde su propio blog: «Hoy en día, los prototipos del Proyecto Starline se encuentran en las oficinas de Google en todo Estados Unidos, con empleados que utilizan la tecnología todos los días para reuniones, incorporación de empleados y creación de relaciones entre colegas (..) más allá de los empleados de Google, también hemos invitado a más de 100 socios empresariales en áreas como medios de comunicación, atención médica y venta minorista a participar en demostraciones en las oficinas de Google y proporcionarnos comentarios sobre la experiencia y las aplicaciones para sus negocios. Vemos muchas formas en que Project Starline puede agregar valor comercial en una serie de industrias, y seguimos enfocados en hacerlo más accesible». 

¿Hay mercado para este tipo de videoconferencias de ultimísima generación? El tiempo lo dirá.