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Microsoft y Nokia, qué ganan, qué pierden
Horas después de su comunicado la noticia comenzó a correr como la pólvora. Cientos de medios de todo el mundo, especializados o no, se hacían eco de uno de los mayores acontecimientos de este 2013 en el campo tecnológico: Microsoft compraba Nokia y su CEO Stephen Elop volvía a formar parte de la compañía estadounidense, para la que trabajó durante dos años en la división empresarial.
Habrá que esperar hasta el primer trimestre del año que viene para que la compra se haga efectiva. Para ello, la firma de Redmond ha desembolsado la cantidad de 5.440 millones de euros, un tercio para hacerse con las patentes de la finlandesa y el resto para comprar su división de dispositivos y servicios, que desde hace dos años y medio fabrica teléfonos Lumia con el sistema operativo de Microsoft.
«Es un paso valiente hacia el futuro y algo muy positivo para los empleados, los accionistas y los clientes de ambas empresas. Unir estos equipos acelerará los beneficios y la cuota de mercado de nuestra empresa y fortalecerá nuestras oportunidades y las de nuestros socios», escribía Steve Ballmer, quien hace unos días anuncio su retirada como presidente de Microsoft.
Microsoft no sólo adquirirá la división de telefonía móvil de Nokia, también se quedará con unos 32.000 empleados de la compañía finlandesa, incluidos unos 4.700 que trabajan en el país nórdico y 18.300 cuya labor es fabricar, ensamblar y empaquetar los dispositivos de la empresa en todo el mundo.
«La adquisición hubiera sido mejor en 2009»
Muchos expertos piensan que esta adquisición es una locura, pero otros piensan que Microsoft no tiene nada que perder, y que jugar esta baza para introducirse en el creciente mercado smartphone es un buen movimiento para la empresa norteamericana.
A través de la publicación Splatf, un experto en comunicaciones y nuevas tecnologías ha explicado que actualmente el éxito de este movimiento depende de una buena ejecución, pero que hubiese sido más inteligente aún haber realizado este paso estratégico en 2009.
«Hace cuatro años el pastel smartphone todavía no estaba repartido, y hacerse con un trozo hubiese sido mucho más sencillo. Unirse con Blackberry, por ejemplo, hubiese sido una buena decisión, ya que Blackberry encontraba dificultad en crear un buen sistema operativo y Windows en crear un smartphone», asegura este experto justo cuando Microsoft está en la lista de candidatos interesados en la canadiense, ¿o eso era antes de adquirir Nokia?
Lo cierto, es que más vale tarde que nunca, Nokia ya es de Microsoft y ha sido una de las compras más importantes de toda su historia.
¿Qué gana Microsoft con la compra, qué pierde?
Lejos de pensar si ha hecho bien o mal, lo cierto, es que la compañía ha ganado algunas cosas importantes con esta compra. Una de ellas son las patentes de la finlandesa. Unas 10 mil patentes que tiene registradas Nokia pasan a ser propiedad directa de Microsoft. Por otro lado, podría crear oportunidades para Microsoft en mercados emergentes como India, donde muchas personas todavía no cambian sus teléfonos básicos por smartphones.
Microsoft podría comercializar la marca Lumia con mucha fuerza en esos mercados para que así los teléfonos de Nokia puedan competir mejor contra Samsung y otros fabricantes rivales. Otra de las cosas que gana Microsoft es a Stephen Elop, quien para muchos podría ser el nuevo CEO de la compañía cuando Ballmer deje su puesto.
Entre los activos que adquiere ahora Microsoft se encuentra la capacidad de seguir desarrollando los teléfonos Lumia, que según recuerda en su anuncio la propia compañía, han ganado varios galardones desde su salida al mercado y de los cuales había vendido unos siete millones de unidades en el segundo trimestre de 2013. Pero también adquiere los demás modelos fabricados por la finlandesa, que vendió unos 53 millones de teléfonos en el segundo trimestre de este año y ofrece sus servicios a cientos de millones de clientes en todo el mundo.
En la actualidad Microsoft gana menos de 10 dólares por cada teléfono de Nokia vendido. Gracias al acuerdo, ahora el gigante informático pasará a obtener alrededor de 40 dólares por terminal. A esto se suma que gracias a unificación Microsoft asegura que logrará ahorrar 600 millones de dólares en el próximo año.
Y de momento, lo único que ha perdido son 5.440 millones de euros, que en un futuro puede que hayan sido la mejor inversión para la compañía.
Mencionar, que en un guiño a la nacionalidad de muchos de sus nuevos empleados, Microsoft desveló que construiría en Finlandia un nuevo centro de datos que dará servicio a sus clientes en toda Europa. Un proyecto en el que por ahora invertirá unos 250 millones de dólares: unos 200 millones de euros al cambio actual.
Otros grandes perdedores
Lo cierto, es que con esta compra otros grandes de la industria también pierden. La adquisición se puede plantear como un efecto dominó que, como es lógico, hace que termine una época y comience otra nueva, con un nuevo rumbo. Uno de los gigantes que pueden perder mucho con esta adquisición, aunque a largo plazo, es Samsung. Teniendo la fabricación y el sistema, Windows Phone, Microsoft se convierte en un jugador más poderoso que Samsung, que sabemos que tiene que depender de Google para que sus terminales tengan un hueco en el mercado. Puede que una de las estrategias de la surcoreana sea darle más prioridad a Tizen, su propio SO, eso es algo que el tiempo dirá.
Por lo demás, y si la jugada le sale bien a Microsoft, Apple también puede perder mucho. Por otro lado, y ya no desde el punto de vista de empresa, si no de continente, Europa es la que más va a perder. Nokia era un símbolo europeo. Los teléfonos eran lanzados en primer lugar en el viejo continente, dejando un poco al margen la expansión americana. Ahora, con Microsoft como dueña de la división móvil, veremos como barre para su casa y, de nuevo, nos quedaremos en un segundo plano.
Desde luego, los nostálgicos echaremos mucho de menos los mejores momentos de Nokia, aquellos tiempos del 3310, o del N80, quizá no tanto los de Lumia, porque, en cierto modo, Nokia ya era un poco Microsoft. Lo único que reconforta es pensar qué tiene pensado Microsoft, qué escenario va a ser el que vamos a ir visionando a partir de ahora y si podrá volver a hacer historia gracias a Nokia.
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