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Intel vuelve al mercado de la memoria

Hablamos de la vuelta de Intel al mercado de la memoria, en concreto a la memoria flash, presente tanto en smartphones como en grandes cabinas de almacenamiento.

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Intel

La historia, contemplada desde una cierta distancia, tiende a ser cíclica. Así, cuando se ha obtenido suficiente perspectiva, resulta relativamente sencillo detectar sucesos que se repiten, tendencias que van y vienen y planteamientos que, pese a haber sido descartados en un pasado, vuelven a estar vigentes más adelante. Y un interesantísimo ejemplo de ello, al que re/code dedica hoy un artículo, es la vuelta de Intel al mercado de la memoria.

Los más jóvenes no recordarán que hasta 1985 Intel producía memoria DRAM, y que en un arriesgado movimiento, Andy Grove y Gordon Moore tomaron la decisión de apartarse de ese mercado que, en aquel momento, todavía era muy, muy rentable para la empresa. Tanto que la decisión provocó muchas reacciones de sorpresa y, claro, críticas por lo erróneo que parecía en aquel momento dicho movimiento.

Sin embargo, tal y como habían predicho los fundadores de Intel, la producción de memoria en Asia (en aquel momento en Japón) empezó a crecer de manera exponencial, en una carrera hacia una supremacía del mercado que todavía tienen.

La predicción de Grove y Moore apuntaba a que, en poco tiempo, serían las empresas asiáticas las que determinarían las condiciones de ese mercado. Y todo indicaba que, llegado ese momento, permanecer en ese mercado habría supuesto (para Intel) tener que competir en un mercado en el que Japón podía ofrecer mejores condiciones.

Así que o se habrían visto expulsados del mercado o habrían tenido que adoptar una política de sacrificio de márgenes (o incluso de aceptación de ciertas pérdidas) a cambio de permanecer en él. En vez de ello, supieron identificar el riesgo a tiempo y centrar sus actividades (y sus líneas de producción) en otras áreas en las que se sabían mucho más competitivos en el medio plazo.

A día de hoy las perspectivas económicas de Intel son excelentes, tuvo un buen cierre del tercer trimestre en el que, además, demostraba que sigue teniendo muy buen ojo para detectar las tendencias del mercado. Y en principio eso se confirma con una previsión de crecimiento del 5% en 2016. Pero entonces, ¿por qué volver a un mercado que abandonó hace ahora treinta años?

Lo primero que hay que puntualizar es que sí, vuelve al mercado de la memoria, pero concretamente de la memoria no volátil, la memoria flash. Este tipo de soporte está experimentando un crecimiento exponencial durante los últimos años, y su tendencia es ir a más.

Empezamos a verla de manera masiva en pequeños soportes de memoria (memorias USB y tarjetas de memoria), después llegaron los smartphones equipados con ella y, más recientemente, los fabricantes de discos duros han comenzado a emplearla como alternativa a los discos «de toda la vida», principalmente para el segmento doméstico.

Ahora, empresas como Hewlett Packard Enterprise están trabajando en llevar los discos flash a los centros de datos, dado que la reducción de costes que se ha producido en estos tiempos ya permite que discos flash de altísimo rendimiento puedan competir en prestaciones y en precio con sus alternativas mecánicas. Y el gran mercado que se avecina con Internet de las Cosas también tendrá necesidad, mucha, de este tipo de memoria no volátil.

E Intel ha visto que, a diferencia de la situación hace 30 años, ahora el estado de ese mercado es el ideal para que se adentre en el mismo y ponga parte de sus centros de producción a trabajar en ello.

Y lo cierto es que la combinación de presupuesto en I+D y su incomparable capacidad de producción, hacen que su desembarco pueda llevar a la empresa, en poco tiempo, a ser quien marque las condiciones del mercado, algo que cuando ha ocurrido en otros sectores se ha traducido, por norma general, en ventajas para los consumidores de sus productos.

Imagen: Khlnmusa

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