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La adopción de wearables se ha doblado desde 2014

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A pesar de ser una categoría de dispositivo que ha aparecido hace relativamente poco tiempo, la adopción de los wearables ha experimentado un crecimiento experimental desde su llegada al mercado. Y es que estos aparatos, que se suelen presentar en forma de pulseras o colgantes y que se encargan, entre otras tareas, de medir las constantes vitales de quien los lleva puestas, han ganado aceptación en el mercado con una enrome rapidez. Tanta, que según un estudio realizado por la consultora PriceWaterhouseCoopers, su adopción entre los consumidores se ha doblado desde el año 2014.

Concretamente, el estudio revela que la tasa de adopción de los wearables ha subido desde el 21 por ciento de hace dos años, al 49 por ciento actual. De hecho, muchos de los encuestados poseen más de un dispositivo de este tipo. El 45 por ciento respondió que posee una pulsera de fitness, frente al 27 por ciento que cuenta con un reloj inteligente. El 15 por ciento tiene gafas inteligentes.

Aparte de la posesión de wearables, el estudio también pretende medir la confianza que los participantes en el estudio tienen en ellos. Y parece elevada. El 70 por ciento dijo que esperan alargar su vida hasta 10 años gracias a ellos, y el 64 por ciento cree que contribuirán a que haya menos problemas relacionados con la obesidad en el futuro. Y nada menos que un 62 por ciento piensa que los precios de los seguros de salud podrán reducirse.

Muchos de los encuestados están también convencidos de que los wearables no sólo les ayudan en temas de salud, sino también en otros aspectos de su vida. Casi la mitad de ellos, el 49 por ciento, piensa que utilizarlos puede mejorar la productividad en el trabajo. Eso sí, no están dispuestos a llevar los suyos al trabajo. Más de dos tercios de los participantes en la encuesta opinan que la empresa debe pagar por el wearable, en caso de que quiera que sus trabajadores lo utilicen.

A juzgar por los datos de la encuesta, aunque se trate de un estudio hecho sobre un pequeñísimo segmento de la población estadounidense, los wearables gozan de buena salud y mejores perspectivas de futuro, puesto que no hay ningún indicio de que la tendencia al alza de sus ventas vaya a cambiar en un futuro cercano.

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