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Toshiba venderá parte de su unidad de memoria

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Toshiba

Corren tiempos complicados para Toshiba, que además de enfrentarse a un menguante mercado del PC, ve como algunas de sus otras divisiones están experimentando problemas mucho más complejos, y que exigen que la compañía tenga que adoptar medidas extraordinarias para conseguir equilibrar el balance y, así, salir adelante en momentos tan complicados. La última medida al respecto, tal y como informa hoy la Agencia Reuters, es desprenderse de una pequeña parte de su negocio de integrados de memoria, con el fin de obtener fondos que ayuden a compensar una ya esperada pérdida de miles de millones de dólares, que tendrá su origen en su división nuclear internacional (es decir, la de fuera de Japón).

Toshiba se enfrenta ahora al problema de los sobrecostes generados por la puesta en marcha de varias plantas de energía en Estados Unidos (como ya indicamos en este artículo), una operación llevada a cabo en el país por su división Westinghouse. Estos problemas han llevado al CEO de la compañía, Satoshi Tsunakawa, a afirmar que esta ya no será una de las principales áreas de negocio de la compañía y que, aunque sí que se culminará la construcción de las centrales nucleares, la operación será supervisada directamente por el mismo, para evitar que la situación se pueda complicar todavía más.

Según el propio Tsunakawa, Toshiba está pensando en desprenderse de alrededor del 20% de su división de negocio de chips de memoria flash NAND (una de las divisiones más rentables de la compañía), y pretende hacerlo lo antes posible, a ser posible antes del final de su año fiscal (que se produce en marzo), con el fin de que los ingresos generados por la misma, sumados a los ingresos generados por otras actividades, permitan compensar, sino en su totalidad, sí al menos parte de las pérdidas generadas por Westinghouse, y que pueden suponer un enorme varapalo para los inversores. La empresa pretende ingresar alrededor de 1.700 millones de dólares, y algunos de los posibles inversores podrían ser Western Digital y el Banco de Desarrollo de Japón, entidad que cuenta con el respaldo del país.

Analistas y consultores coinciden en que esta venta supondrá una ayuda a corto plazo para la compañía, que así obtendría un cierto margen temporal para solucionar los problemas con Westinghouse, con el fin de sanear su balance y centrar sus actividades en áreas más rentables y menos sujetas a riesgos como los que plantean operaciones como la de las centrales nucleares en Estados Unidos. No obstante, no descartan que ésta sea solo la primera de una serie de operaciones de venta, en las que Toshiba vaya vendiendo más participaciones de esta división para compensar las pérdidas que se han producido por esa operación. La parte más complicada, no obstante, será encontrar inversores que estén dispuestos a confiar en la estabilidad de Toshiba, cuando afronta un momento tan complicado. Y todo se complica un poco más si tenemos en cuenta los plazos que se plantea la compañía, puesto que por ejemplo, una operación con Western Digital estaría sometida a la supervisión por parte de los reguladores japonenes, lo que sin duda ralentizaría en gran medida la venta.

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