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Tesla apuesta aún más fuerte por las baterías

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Hace ya mucho tiempo que Elon Musk empezó a demostrar que apuesta de una manera muy firme por un gran cambio en el modelo energético, en el que pretende dejar atrás los combustibles fósiles a favor de las energías limpias, como la electricidad obtenida mediante fuentes renovables y limpias. Tesla es, sin duda, un gran ejemplo de ello, y no solo porque los coches de este fabricante sean 100% eléctricos, sino porque la compañía también trabaja en la puesta en marcha e instalación de sistemas de acumulación basados en baterías, mediante las cuales sea posible abastecer de suministro eléctrico limpio a la población.

Y esta semana Tesla, junto con AES Corp y Altagas Ltd. han dado un salto de gigante a este respecto, con la puesta en marcha de tres enormes plantas de baterías en el sur de California, según informa hoy Bloomberg. Cada una de estas instalaciones podría haber sido considerada, por sí misma, la más grande creada hasta la fecha, y la suma de capacidad de las tres representa nada menos que el 15% de todas las instalaciones de este tipo puestas en marcha a lo largo de todo el 2016 en todo el mundo. Esto acaba con la opinión de que solo había instalaciones de pequeño tamaño. Y, en el mismo lote, ayuda a justificar la inversión de Tesla de 5.000 millones de dólares para crear una planta de producción de baterías en Reno, en el estado de Nevada.

En palabras del director de tecnología de Tesla, J.B. Straubel, más allá de los titulares relacionados con la puesta en marcha de estas tres plantas acumuladoras, esto indica que hay una revolución que ya ha empezado, y que en ocasiones cuesta asimilar la velocidad a la que se está produciendo este cambio. Y es que el único límite al crecimiento de estos sistema de almacenamiento viene dado por la velocidad a la que el ser humano sea capaz de escalarlo. Y además llega en un momento en el que las energías limpias son especialmente demandadas en Estados Unidos, especialmente tras el escape de gas natural sufrido en Aliso Canyon, en Los Ángeles, y que liberó miles de toneladas de metano al aire, con los más que evidentes riesgos de salud para la población. El escape se prolongó durante meses, hasta que pudo ser sellado.

Otro aspecto destacable de estas nuevas instalaciones es, sin duda, el tiempo record en el que han sido puestas en marcha. El temor a los apagones en invierno, impulsó a las empresas responsables a redoblar sus esfuerzos, creando distintos grupos de trabajo que garantizaran que se estaría trabajando en su puesta en marcha las 24 horas del día. De este modo, se ha logrado tenerlas completamente operativas en solo seis meses, un tiempo record y que demuestra que, con los medios adecuados, el despliegue de instalaciones de baterías de gran tamaño se pueden llevar a cabo de una manera muy rápida y efectiva.

Además, en gran medida gracias al crecimiento de la demanda, el precio de las baterías ha disminuido de manera sustancial durante los últimos años. Concretamente, tan solo desde 2014 su precio se ha reducido en casi un 50%, en una tendencia que debería mantenerse a corto y medio plazo. Ahora, el único elemento que falta para que el despliegue de estas infraestructuras sea plenamente eficiente y limpio, es la puesta en marcha de más plantas solares y eólicas, en las que generar la energía eléctrica que, a posteriori, se almacenaría en dichas instalaciones.

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