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Así quedará la división de poderes en el área de chips de Toshiba tras su venta

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La junta directiva del grupo Toshiba decidió finalmente hace unos días vender su división de fabricación de chips de memoria NAND a un grupo de empresas y entidades lideradas por Bain Capital. Y aunque Western Digital, la gran perdedora de este proceso de venta, está empeñada en bloquearlo mediante un requerimiento presentado antes el Tribunal Internacional de Arbitraje, el proceso de venta sigue su curso. Todavía no está firmada a la espera de que Apple muestre su conformidad con algunos de los puntos del acuerdo, pero ta empiezan a conocerse algunos detalles del futuro reparto de poderes en la división tras su venta.

Según Reuters, el grupo liderado por Bain Capital se quedará con el 49,9% de los derechos de voto de la división. Mientras, Toshiba seguirá teniendo el 40,2%. El resto de derechos de voto, un 9,9% los tendrá Hoya Corp, una empresa de tecnología médica de Japón que también fabrica componentes para chips.

SK Hynix, un fabricante de chips surcoreano miembro del grupo comprador liderado por Bain Capital, aportará 3.500 millones de dólares para la compra. Una parte de esta cantidad se invertirá en forma de bonos convertibles, lo que podrían permitir a la compañía hacerse en el futuro con un porcentaje de las acciones de la división de hasta el 15 por ciento. En cuanto a otras tecnológicas que forman parte del grupo comprador, como Apple, Dell, Seagate Technology Plc y Kingston Technology, invertirán en la compra exclusivamente en forma de acciones preferentes no convertibles.

La subasta de esta división de chips de Toshiba ha durado nada menos que nueve meses, en parte por las presiones del gobierno japonés. que han llevado a varios cambios de alianzas entre quieren querían quedarse con ella. Este largo periodo de tiempo transcurrido hasta la venta de la división ha ocasionado problemas para que el acuerdo y su posterior revisión por parte de las autoridades reguladoras no estén completamente cerrados para el final del año financiero en Japón, previsto para finales de marzo.

 Si no se cierra el acuerdo para entonces, Toshiba puede dar pérdidas por segundo año consecutivo, arriesgándose a ser expulsada de la lista de empresas cotizadas en la bolsa de Tokyo. Pero si el acuerdo se materializa para entonces, quedaría cubierto el agujero que ha dejado en el grupo la bancarrota de su filial Westinghouse. Además, la venta mejorará el patrimonio de sus accionistas en unos 6.600 millones de dólares.

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