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Código de barras: 65 años de estandarización

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Bidi MCPro

En su momento podía parecer innecesario, pero ahora, cuando se cumplen los 65 años desde que se registrara la primera patente de un sistema estandarizado de representación visual de información (obtuvo el registro número 2,612,994, a sombre de Joseph Woodland, Jordin Johanson y Bernard Silver), está claro que la creación de un sistema, como lo describe Wikipedia, de representación de un conjunto de líneas paralelas de distinto grosor y espaciado que en su conjunto contienen una determinada información, es decir, las barras y espacios del código representan pequeñas cadenas de caracteres, fue una idea absolutamente brillante. Y tanto es así que, en estos 65 años, no han dejado de realizarse avances en este sentido.

En concreto, el día 7 de octubre se cumplirán los 65 años desde la publicación y, por lo tanto, aprobación de la solicitud de registro, tras un proceso de casi tres años (la patente fue presentada el 20 de octubre de 1949), de un sistema especialmente diseñado para la identificación inequívoca de vagones de ferrocarril mediante un sistema automático. Es decir, una suerte de sistema codificado de control de inventario. No obstante, desde entonces todavía tendrían que pasar no pocos años hasta que se empezara a emplear comercialmente (durante el segundo lustro de la década de los sesenta) y hasta su éxito comercial, al inicio de la década de los ochenta.

Ese éxito tiene que ver, sin duda, con los avances en los TPV (terminales punto de venta), que fueron ganando en funciones, y que empezaron a permitir la creación de grandes listados de productos identificados mediante un código numérico, así como la llegada de los primeros escáneres conectados a las mismas. Y es que, gracias a este elemento de identificación, se aceleraban considerablemente las labores de gestión de stock, cobro de venta de mercaderías, etcétera. No mucha gente lo recuerda, pero Nicholas Negroponte recordaba, en Being Digital, que ya en los 50 y los 60, se empezó a trabajar en la búsqueda de sistemas de gestión de identificación automática de productos en los lineales de caja, y que incluso se llegó a plantear la posibilidad de emplear minúsculas cargas nucleares, ¡e instalar un contador geiger en las cajas!

Mucho han evolucionado los códigos de barras desde entonces. Primero, con la creación de estándares de amplio alcance, como el popular EAN13, que es el que vemos en todos los productos que compramos y empleamos en nuestro día a día, y posteriormente con el salto de una a dos dimensiones, con los cada vez más presentes «bidis» (como el que puedes ver encabezando esta imagen). Todos los códigos comparten, eso sí, algunos elementos, como las «zonas limpias» que se deben mantener alrededor de los mismos, y en cada vez más casos también sistemas de seguridad, para minimizar el riesgo de una lectura errónea, y los riesgos que ésta pueden conllevar.

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