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Trump suspende un tratado de armas nucleares que fue clave en la Guerra Fría

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La Administración Trump ha confirmado la suspensión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de Media Distancia (INF), un acuerdo internacional que fue suscrito con Rusia en 1987 y que jugó un papel fundamental durante la Guerra Fría, una etapa muy complicada en la que el mundo realmente llegó a temer por el inicio de una guerra nuclear a gran escala de consecuencias impredecibles.

Ha sido Mike Pompeo, Secretario de Estado de EE.UU., quien ha confirmado la suspensión del dicho acuerdo tras varios intentos de negociación con Rusia que no han llegado a buen puerto. Aunque Pompeo no ha profundizado sobre las causas que han llevado a este desenlace sí que ha sido especialmente duro con el ejecutivo de Putin, ya que ha comentado que los países deben rendir cuentas cuando rompen las reglas, y que no pueden seguir cumpliendo con un acuerdo que Rusia ha violado de forma descarada y sistemática.

Según la fuente de la noticia todo parece indicar que el motivo principal por el que Estados Unidos ha decidido llevar a cabo este movimiento no tiene nada que ver con el desarrollo directo de armas nucleares, sino con el Novator 9M729, un misil de medio alcance que según la OTAN y la Administración Trump es difícil de detectar y tiene capacidades nucleares, y que por tanto viola el tratado.

Los aliados que tiene Estados Unidos en la OTAN han dado la razón a Trump y han confirmado un «apoyo total» a este movimiento. Por su parte la Casa Blanca ha emitido un comunicado que es toda una declaración de intenciones:

«Estados Unidos ha sido totalmente fiel al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de Media Distancia (INF) durante más de 30 años, pero no nos mantendremos limitados por sus términos mientras vemos como Rusia manipula con sus acciones. No podemos ser el único país en el mundo obligado unilateralmente por este tratado».

¿Qué supone esto para Estados Unidos (y para el mundo)?

Donald Trump ha dado respuesta a esta pregunta diciendo que Estados Unidos seguirá adelante para desarrollar su propia respuesta militar a las violaciones reiteradas de Rusia, lo que en resumen implica que llevarán a cabo nuevos desarrollos de armas nucleares.

A Moscú no le ha temblado el pulso y ha dicho que también afrontarán los proyectos que sean necesarios para responder a este nuevo movimiento de Estados Unidos, lo que en conjunto significa que nos encontramos ante una nueva carrera armamentística.

La polémica se ha centrado en Rusia, pero los expertos creen que Estados Unidos ha «forzado» el abandono del tratado como respuesta al desarrollo de misiles balísticos de medio alcance que ha llevado a cabo China recientemente. Tiene sentido, sobre todo si tenemos en cuenta que las relaciones entre ambos países no pasan por su mejor momento.

¿Nos llevará todo esto a una nueva Guerra Fría? Esperemos que no, ya que las consecuencias podrían ser terribles.

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