Desarrolladores de GitHub cuestionan el contrato de Microsoft con ICE por la política de inmigración de Trump

Cientos de desarrolladores de GitHub firmaron hace un año una petición reclamando a Microsoft que dejara de proporcionar servicios a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU.) o «se llevarían sus proyectos a otra parte». 

Los desarrolladores no quieren que sus proyectos o parte de sus contribuciones de software terminen en manos de una agencia gubernamental cuestionada por la política de inmigración de Donald Trump, que contempla la separación de las familias en las fronteras, detenciones, deportaciones y otras medidas igual de controvertidas.

El CEO de Microsoft, Satya Nadella, salió a dar explicaciones minimizando los servicios que presta a ICE (un servidor empresarial GitHub) : «Quiero ser claro. Microsoft no está trabajando con el gobierno de los Estados Unidos en ningún proyecto relacionado con la separación de los niños de sus familias en la frontera». El vicepresidente de Azure también negó el uso de IA, servicios cognitivos o reconocimiento facial, en unas declaraciones que contradecían una publicación oficial de Microsoft donde explicaban claramente que Azure permitiría a ICE «utilizar las capacidades de aprendizaje profundo para acelerar el reconocimiento y la identificación facial».

El caso ha vuelto a salir a las portadas de medios tecnológicos al filtrarse ayer un correo electrónico que habla de la renovación del contrato de Microsoft con ICE. El CEO de GitHub, Nat Friedman, ha salido a explicar que la compañía «no tiene un acuerdo para proporcionar servicios profesionales a ICE y que no tiene visibilidad de cómo se está utilizando este software, aparte de presumiblemente para el desarrollo de software y el control de versiones».

Friedman dice que él personalmente, y la compañía en general, no está de acuerdo con las políticas de administración de Trump, pero «ICE es una gran agencia encargada de tareas como combatir la trata de personas», explica. La compañía reconoce que ICE podría usar sus servicios «en proyectos que respalden políticas con las que ambos estamos de acuerdo o en desacuerdo».

El caso es controvertido y sigue a otros como la participación de las grandes tecnológicas en programas militares IA, rechados pos sus propios empleados. El pasado verano, Google tuvo que descartar la participación en el Projecto Maven (un programa militar de inteligencia artificial y aprendizaje automático impulsado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos) tras la «rebelión» de más de 6.400 empleados. Un grupo de empleados de Microsoft han publicado una carta abierta en la que expresan su oposición a que su compañía opte a ese contrato.

Amazon también se ha enfrentado a duras críticas por suministrar tecnología de reconocimiento facial a las fuerzas del orden de Oregón y Orlando, en documentos obtenidos por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles mediante una petición por la Ley de Libertad de Información, usada para vigilancia masiva y que podría afectar sobre todo a los colectivos y comunidades más vulnerables, personas que no son blancas e inmigrantes.