Microsoft tampoco venderá su software de reconocimiento facial a la policía

Todos los ojos estaban puestos sobre Microsoft. Una vez que IBM anunciase que suspendía el desarrollo de sus sistema de reconocimiento facial y que Amazon pusiera en pausa la venta del suyo, la presión sobre los de Redmond se hacía cada día más difícil de sobrellevar.

La decisión, tomada a última hora de la semana pasada ha sido la esperada. Brad Smith, presidente de la compañía ha sido el encargado de anunciar que Microsoft no venderá software de reconocimiento facial a la Policía en Estados Unidos, hasta que «la legislación que regula el uso de esta tecnología no se adapte a la legislación vigente en materia de derechos humanos».

La de Smith se suma así a las voces que desde hace años llevan pidiendo al Congreso de los Estados Unidos que apruebe un marco de reglas que deben adoptar las distintas tecnologías de reconocimiento facial e inteligencia artificial para que entre otras cosas, protejan de forma más adecuada la privacidad de los ciudadanos a los que «reconoce»; pero sobre todo, para que no incluyan un sesgo racial. De hecho, como cuenta en Venture Beat, el propio Smith ya presentó esta petición al Congreso hace casi dos años.

Pero como también recuerda el presidente de Microsoft, que las empresas actúen de forma individual, tampoco es la respuesta. No cuando otras compañías, tal vez menos conocidas, pueden mostrarse entusiasmadas de ocupar este nicho de mercado. Así el directivo de la tecnológica denuncia que «Si todas las empresas responsables de este país ceden este mercado a aquellos que no están preparados para tomar una posición, no serviremos necesariamente al interés nacional o a las vidas de los negros y los africanos de esta nación. Necesitamos que el Congreso actúe, no sólo las empresas tecnológicas. Es la única manera de garantizar que protegeremos las vidas de las personas».

Lo cierto es que hasta la fecha, los miembros del Congreso han tenido la oportunidad de analizar distintas propuestas que tienen como objetivo regular el uso de la IA y la forma que impacta en la vida de los ciudadanos; sin embargo, ninguna de esas propuestas contiene una mención específica al uso de software de reconocimiento facial que es, en definitiva, lo que más preocupa en estos momentos.