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China podría bloquear la compra de ARM por parte de NVIDIA

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La compra de ARM por parte de NVIDIA ha sido una de las operaciones más importantes de lo que llevamos de año, y salvo sorpresa, lo más probable es que pase a la historia como una de las adquisiciones más importantes del sector tecnológico, no tanto por el montante de la misma (40.000 millones de dólares), sino por todo lo que puede suponer para la industria.

Ya hemos hablado de ello en varias ocasiones. En este artículo, por ejemplo, centramos el tiro en la neutralidad, pero lo cierto es que hay muchas otras implicaciones importantes que se extienden a muchos frentes, sectores y niveles. Por ejemplo, la compra de ARM por parte de NVIDIA podría servir de punto de partida para que la compañía se anime a desarrollar CPUs propias dirigidas tanto al sector profesional como al de consumo general.

Por otro lado, esta adquisición también podría potenciar la presencia de NVIDIA en el sector de soluciones semipersonalizadas, y en ambos niveles, es decir, tanto profesional como de consumo. No sería descabellado pensar, por ejemplo, en un SoC de alto rendimiento con CPU ARM personalizada por NVIDIA y una GPU RTX de nueva generación totalmente personalizada para las consolas de la próxima generación, o incluso para una nueva consola de Nintendo.

A nivel profesional e industrial, los procesadores ARM personalizados también juegan un papel cada vez más importante, una realidad que NVIDIA ha sabido aprovechar en sus soluciones Jetson, y que podría ampliar a medio y largo plazo.

El caso es que la guerra comercial que libran Estados Unidos y China podría complicar el cierre de la operación de compra de ARM por parte de NVIDIA. China tiene más motivos para decir no a dicha compra que para darle el visto bueno, y según el antiguo ingeniero jefe de Lenovo, las autoridades chinas antimonopolio no tendrían problemas para argumentar su decisión.

La valoración de China para rechazar esa compra se centraría en un «riesgo de monopolio y de daño a la libre competencia«, ya que la compra de ARM por parte de NVIDIA podría permitir a la segunda monopolizar las herramientas clave para el diseño de chips ARM, aunque la preocupación real de las autoridades chinas está en el peligro que supondría la adquisición de la propiedad intelectual asociada a ARM por parte de una compañía estadounidense, puesto que tendría que someterse a la legislación de Estados Unidos.

El daño que eso supondría para la industria tecnológica china podría ser enorme, ¿pero tiene China motivos suficientes para tener miedo? Sin duda, los últimos movimientos de Estados Unidos contra China, y contra sus principales empresas tecnológicas, justificarían de sobra un rechazo frontal de las autoridades chinas de la competencia a la compra de ARM por parte de NVIDIA.

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