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Adiós a los Intel Itanium de 64 bits

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Intel Itanium

No hay duda de que los procesadores Intel Itanium de 64 bits marcaron un punto de inflexión en el sector. Por si alguien no recuerda exactamente de qué estamos hablando, os recuerdo que se trata de una generación de procesadores de alto rendimiento para servidores y centros de datos que se perfilaban, a grandes rasgos, como una alternativa a las CPUs x86, y que fueron desarrollados en colaboración con HP.

La serie Intel Itanium utilizaba un diseño IA-64 ISA (Instruction Set Architecture). Esta arquitectura, se basa en un paralelismo explícito a nivel de instrucción, donde es el compilador quien decide qué instrucciones ejecutar en paralelo. Esto contrasta con las arquitecturas superescalares, que dependen del procesador para administrar las dependencias de instrucciones en tiempo de ejecución. En todos los modelos de Itanium, los núcleos pueden ejecutar hasta seis instrucciones por ciclo de reloj.

Es cierto que los procesadores Intel Itanium fueron perdiendo peso en el sector de forma gradual hasta quedar casi totalmente abandonados, pero en su momento gozaron de una gran popularidad. De hecho, según datos oficiales, en 2008 este tipo de procesadores llegaron a ocupar el cuarto puesto dentro del ránking de arquitecturas más utilizadas en sistemas empresariales, por detrás de x86-64, Power ISA y SPARC.

La última renovación de este línea de procesadores tuvo lugar en 2017 con el Itanium 9700 (Kittson), un chip que mantenía la misma base del 9500 Poulson, lanzado en 2012, y que tenía la particularidad de funcionar a una velocidad de trabajo mayor. Desde entonces, esta generación de CPUs entró en una etapa complicada, y finalmente Intel confirmó que su ciclo de vida tendría lugar el 29 de julio, es decir, hace tan solo unos días. A partir de esa fecha, el gigante ha dejado de realizar nuevos envíos a sus clientes.

Los procesadores Intel Itanium presentaban ventajas interesantes frente a los chips x86. Por ejemplo, no tenían que lidiar con el problema de los procesadores heredados, pero al mismo tiempo también presentaba carencias sustanciales. Una de las más importantes era la necesidad de contar con compiladores especiales, lo que limitaba en gran medida el soporte a nivel de software.

Para bien o para mal, Intel y HP ponen punto y final a su aventura con los procesadores Itanium. No solo se ha confirmado el cese de los envíos, como ya os hemos adelantado, sino que también se ha producido la terminación del soporte oficial de dichas CPUs, lo que significa que las empresas que todavía los utilizan deberían empezar a considerar una alternativa, si es que no lo han hecho ya.

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