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La UE investiga si la inversión de Microsoft en OpenAI supone un control indirecto de la genAI

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La Comisión Europea ha anunciado recientemente la apertura de una nueva investigación de competencia en los mercados de mundos virtuales e IA Generativa (genAI). De este modo, se analizará con lupa la competitividad legítima en la configuración de este sector. Una vez más, Microsoft se encuentra en el punto de mira, en esta ocasión, por la inversión en OpenAI que podría haber supuesto un intento de control de la genAI, que avanza a un ritmo frenético.

Microsoft deberá demostrar que no se trata de una operación de fusión encubierta. Por su parte, el Ejecutivo europeo viene a continuar con la senda inaugurada por la Autoridad de Mercados y Competencia de Reino Unido (CMA), que ya en diciembre anunció que examinaría la asociación entre Microsoft y OpenAI para ver su impacto sobre la competencia en el mercado británico.

Siguientes pasos a seguir en la investigación

La nueva investigación iniciada por la CE se centrará en revisar cuidadosamente todas las aportaciones recibidas mediante convocatorias de contribuciones. Tras esa revisión inicial, se podría organizar un taller durante el segundo trimestre de 2024 que se encargase de reunir a todas las perspectivas que surjan de las contribuciones, continuando con la reflexión. La fecha límite para la presentación de reclamaciones, de manos de las partes interesadas, es el 11 de marzo.

La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager, viajará en los próximos días a Sillicon Valley para mantener reuniones con los responsables de tecnología y estrategia de OpenAI, Mira Murati y Jason Kwon. Además, entablará entrevistas con los consejeros delegados de Apple, Tim Cook, Google, Sundar Pichai, Broadcom, Hock Tan, Qualcomm, Cristiano Amon, y Nvidia, Jensen Huang.

Las claves de la investigación

Vestager ha asegurado que, ante el avance frenético de los mundos virtuales y de la IA Generativa, resulta fundamental que los mercados sigan siendo competitivos y que nada se interponga en el camino de las empresas que aspiran a crecer y a ofrecer productos mejores y más innovadores a sus consumidores.

A partir de ahora, la CE tiene la obligación de vigilar de cerca las asociaciones de IA con el fin de garantizar que no se distorsione la dinámica del mercado y que se cumpla el reglamento de fusiones de la UE.

El negocio de la IA avanza sin límites

Según datos de la CE, durante 2023 se han invertido en IA en la UE un total de más de 7.900 millones de dólares. De este modo, se eleva el valor del mercado de mundos virtuales de la región hasta los 12.000 millones de dólares. Al establecerse un acelerado crecimiento, la competencia empresarial podría verse mermada significativamente.

No obstante, no tienen por qué afectar los esfuerzos de la UE al desarrollo de la genAI. Esta idea es compartida por Gal Ringel, director ejecutivo de Mine (empresa de privacidad de datos que desarrolla soluciones para las regulaciones emergentes de la IA). Y es que empresas tan poderosas y resolutivas como OpenAI podrían encontrar rápidamente soluciones para sobrepasar dichos obstáculos, incluso una amplia inversión si fuese necesaria.

Problemas recientes para OpenAI

OpenAI experimentó a finales de noviembre una época de revuelo cuando su junta directiva decidió, de manera inesperada, destituir al fundador y director ejecutivo, Sam Altman. La respuesta de Microsoft no tardó en llegar y le ofreció un contrato a Altman, aunque unos días más tardes regresaría a su puesto original.

Todo ello cuando las plataformas y herramientas de genAI están bajo un escrutinio regulatorio por cuestiones de seguridad y monopolio. Sin ir más lejos, la CMA anunció en diciembre las investigaciones entre Microsoft y OpenAI, mientras que otras naciones han tomado medidas para poner barreras protectoras a esta tecnología incipiente.

Así pues, 28 países, durante la sesión inaugural de la Cumbre sobre seguridad de la IA, respaldaron el compromiso por colaborar en la investigación sobre la seguridad de la IA.

De igual modo, EEUU está enfocado en los estándares de seguridad de la IA a través de una orden ejecutiva firmada por el presidente Biden, mientras que China ha impulsado una legislación específica para regular la genAI. EEUU no puede aprobar una Ley Federal de Protección de Datos, por lo que es poco probable que pueda establecer una regulación integral de la IA, y más, en pleno año electoral.

A esto se suman los problemas de derechos de autor recientes de OpenAI y Microsoft con el diario New York Times. Se acusa a ambas empresas de infringir la política de privacidad y de utilizar millones de sus artículos para entrenar modelos de IA Generativa sin consentimiento.

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