Tesla y su problema con los frenos

Hasta no hace tantos años como podemos pensar ahora, las únicas valoraciones de seguridad de los coches que se ponían a la venta eran, por sorprendente que pueda parecer, las que emitían los propios fabricantes. Por ejemplo, no fue hasta 1996 que se puso en marcha Euro NCAP (European New Car Assessment Programme), el programa que mide de manera real los efectos de varios tipos de accidentes en el vehículo, sus ocupantes, y peatones con los que pueda colisionar. Estas pruebas, como las desarrolladas en Estados Unidos por la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) marcaron un antes y un después en la industria del automóvil, que vio como algunos de sus vehículos eran señalados como muy inseguros, y que incluso provocó la retirada del mercado de determinados modelos.

A día de hoy, a la hora de comprar un coche, ya sea nuevo o de segunda mano, la mayoría de los consumidores recurren a este tipo de evaluaciones, así como a las llevadas a cabo por entidades y medios independientes, para informarse de si el modelo que se plantean adquirir cumple las condiciones de seguridad adecuadas. Y ahora mismo Tesla se enfrenta a un problema a este respecto, pues se ha visto obligada a llamar a revisión nada menos que 53.000 vehículos de sus dos modelos (S y X) por un problema que afecta al freno de estacionamiento (freno de mano), y en el caso del Model S también a su sistema de frenado de emergencia.

Estos problemas han llegado a Consumer Report, un servicio online de valoraciones de todo tipo de productos muy popular en Estados Unidos, y que según informa hoy la Agencia Reuters ha retirado la máxima calificación de seguriad que hasta ahora concedía a las dos berlinas de Tesla, afirmando que no volverán a obtener dicha mención hasta que el sistema sea totalmente reparado. De esta manera, restan importancia a una actualización ya realizada por el fabricante recientemente, ya que consideran que el problema no ha quedado resuelto. Y esto resulta un tanto preocupante, puesto que si una actualización del software no es suficiente, esto nos indica que es posible que se trate de un problema o defecto de fabricación, lo que complicaría (y encarecería) sustancialmente el poder solucionarlo.