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El reto de la seguridad en el Internet de las Cosas

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El reto de la seguridad en el Internet de las Cosas

El reto de la seguridad en el Internet de las Cosas

En el CES de este año 2014 (recordemos que dentro de unos días, en enero, comienza el CES 2015) se confirmó un hecho que empezaba a vislumbrarse como tendencia, el Internet de las Cosas (IoT) prometía ser el próximo gran negocio y el siguiente gran reto para la seguridad. Y es que los gigantes tecnológicos son conscientes de que toca ampliar mercados, que deben buscar el próximo gran business y el Internet de las Cosas parece el candidato perfecto porque impacta en todos los sectores: salud, moda, automoción, servicios…

Para entender su potencial basta ver los datos del estudio que Cisco hizo público durante la celebración del CES. Éste revelaba que el Internet de las Cosas podría generar 4,6 billones (sí, habéis leído bien, con «b») de dólares solo en el sector público durante los próximos diez años.

Una cifra que, según explicaron, se conseguiría mediante el ahorro, el incremento de la eficacia, la generación de nuevos ingresos y la mejora de las prestaciones para los ciudadanos. Entre los ejemplos que puso Cisco está la monitorización del gas, que podría ahorrar 69.000 millones de dólares al reducir el coste de la lectura de contadores y aumentar su precisión, y el aparcamiento inteligente, que podría ahorrar 41.000 millones de dólares al proporcionar información en tiempo real de las plazas disponibles en la ciudad.

¿Qué es exactamente el Internet de las Cosas?

Básicamente, se trata de que todas las cosas del mundo estén conectadas a Internet. Hoy en día tenemos smartphones, tablets, ordenadores portátiles, dispositivos multimedia e incluso los televisores que se conectan a Internet. A esto habría que añadir las videoconsolas e incluso los coches. Sin embargo, eso no es nada en realidad si pensamos en la gran cantidad de cosas que hay en el mundo.

El Internet de las Cosas va mucho más allá. Algunos ejemplos de cosas conectadas a la Red que podrían considerarse como parte de ese Internet de las Cosas serían los electrodomésticos que están conectados. Ya existen frigoríficos, hornos y lavadoras que pueden ser controladas desde un smartphone gracias a la conexión a Internet con la que cuentan. Ese es solo el primer paso de lo que está por llegar.

Tanto a nivel doméstico como a nivel profesional, el Internet de las Cosas podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos hoy. Pensemos solo en algunas de las aplicaciones que podrían llegar a tener lugar. Un agricultor debe conocer en todo momento las condiciones del campo en el que está cultivando. Su trabajo consistiría en comprobar regularmente la temperatura y humedad del campo y registrar estos datos en un ordenador.

Pero supongamos que todos esos datos fueran monitorizados de manera automática y registrados en un servicio online, de manera que el agricultor tuviera en todo el momento el conocimiento de cómo está el campo de cultivo. Y lo mejor, con sensores lo suficientemente baratos, podría llegar a monitorizar absolutamente todas las plantas que estn cultivando.

Respecto a las aplicaciones domésticas podrían ser igual de importante. Por ejemplo, podríamos disponer de sensores y controladores en diversos elementos de una casa. Seguro que nos ha ocurrido el irnos de viaje y no estar seguros de si hemos bajado las persianas, cerrado ventanas o apagado las luces. Todo sería tan sencillo como acceder al servicio con el que controlamos nuestra casa, y no solo comprobar que todo está de manera correcta, sino incluso modificar el estado de diferentes elementos.

De este modo, acciones como regular la temperatura del hogar cuando no estemos nosotros allí o encender las luces de manera automática podrían ser hechos cotidianos de la vida. Es el Internet de las Cosas, las cosas que nos rodean, que pasarían a estar permanentemente conectadas.

El problema de la seguridad

Lógicamente surge un problema vital que todavía toca resolver. Ya existen bombillas que podemos encender desde nuestro móvil, e incluso termostatos, pero cuando eso comience a expandirse de manera notable, empezará también a aparecer el cibercrimen masivo.

Alguien podría tomar el control de nuestro hogar, y hoy en día no estamos preparados todavía para esto. Los sistemas de seguridad informática tendrán que avanzar de la misma manera que todos estos nuevos sistemas inteligentes que llegan a las cosas que nos rodean. El precio de estos sistemas, que irá descendiendo de manera progresiva, así como su seguridad, son los dos obstáculos que todavía impiden que las casas inteligentes sean una realidad ahora mismo de manera masiva.

La consultora IDC cree que, en cuestión de dos años, el 90% de las redes tecnológicas se enfrentará a una brecha de seguridad relacionada con IoT. Esto quiere decir, que nueve de cada diez redes tecnológicas habrán sufrido una brecha de seguridad relacionada con esto, lo que obligará a los CISO a ponerse las pilas buscando nuevas medidas de protección. Aunque, como especifica IDC, muchas de esas brechas serán consideradas inconvenientes, más que un gran problema.

De aquí a tres años, la mitad de esas redes debería haber perdido el “exceso de capacidad” del que disfrutan hoy en día. Además, casi todos los centros de datos, o un 90% para ser más exactos, se adaptará a la gestión de infraestructura que esté considerada como no tradicional.

Otros números aportados por IDC son los que señalan que, en 2018, el 40% de los datos asociados a IoT se gestionará cerca de la red, el 60% de las soluciones propietarias se habrá vuelto de código abierto y el 16% de la población mundial favorecerá este fenómeno de dispositivos conectados entre sí porque pertenecerá a la Generación Y, mucho más preparada para enfrentarse a nuevos retos.

Por su parte, Luis Corrons, director técnico de PandaLabs en Panda Security, también ha hecho mención al Internet de las Cosas, dando sus predicciones. El experto en seguridad destaca que el número de dispositivos conectados a la red crecerá, no sólo en lo que respecta a smartphones y ordenadores, también a cámaras IP, televisores e impresoras, entre otros. Todos ellos, tienen una característica que les hace vulnerables ante el malware, y es que son dispositivos a los que se les presta poca atención a nivel de seguridad y son raramente actualizados.

Todo hace apuntar que durante 2015 el crecimiento será exponencial, aumentando también el número de víctimas, por lo que el uso de productos antivirus para estos dispositivos va a ser imprescindible.

Es aquí donde una solución como Panda Internet Security tiene mucho sentido. Se trata de un software de seguridad pensado 100% para atajar los peligros que entraña la navegación por Internet, que, además, Panda Security permite probar durante 30 días sin compromiso. Otra de las principales ventajas que ofrece es la protección contra todo tipo de amenazas e intrusos en las redes WiFi.

Esto significa que podrás acabar de una vez por todas con los vecinos que piratean y se conectan a tu WiFi poniendo en peligro tu seguridad online por un lado y, por otro, reduciendo la velocidad a la que tú navegas porque ellos están consumiendo parte del ancho de banda que pagas.

Por otra parte, con Panda Internet Security es posible blindar de manera segura todos los documentos e información confidencial que tengamos gracias a la característica de protección de datos. Panda Internet Security 2015 incluye también la posibilidad de realizar copias de seguridad de nuestros archivos más importantes. La información queda protegida para poder ser recuperada en cualquier momento que nos haga falta.

Además de añadir un firewall, proteger contra virus y fraudes online que intenten hacerse con nuestra información personal o con los datos de nuestras tarjetas de crédito, este programa también permite instalar un sistema de control parental para proteger a los más pequeños de la casa y evitar que puedan navegar por páginas con contenido inapropiado para su edad (contenidos para adultos, páginas con información sobre drogas o armas…).

Si estás pensando en hacerte con él, debes tener en cuenta que el software está preparado para funcionar con Windows XP, Vista, Windows 7 y Windows 8. Con tener un equipo con procesador Pentium 300 MHz o superior y 256 MB de RAM y 240 MB de disco duro es suficiente.

¿Estás preparado para disponer de todas las armas que están a tu alcance para combatir lo que llega?

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