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El vicepresidente de Samsung se libra de la cárcel (de momento)

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Lee Jae-yong

Hace solo unos días te contábamos la mala situación con la que Samsung encara este principio de año. Y es que recientemente se ha filtrado que las conclusiones de sus investigaciones con respecto a los problemas por las explosiones súbitas de dispositivos es, como ya parecía bastante claro, a las baterías diseñadas por el gigante coreano. Algo que le ha costado a la multinacional una ingente suma económica y, lo que es todavía peor, una sería mancha en su imagen. Pero este no es el único frente que tiene abierto, y el segundo tiene relación directas con un escándalo que ha sacudido Corea del Sur estos últimos meses: la posible compra de voluntades políticas por parte de Samsung.

El caso ya le costó el puesto nada menos que a la ya ex-presidenta del país, Park Geun-hye, y ahora amenaza muy seriamente a Lee Jae-yong, que según informa hoy News.com, ha logrado eludir ser arrestado, tal y como solicitaban los investigadores, pero que permanece en el epicentro de la investigación y de la polémica.  Tanto es así que, hasta que el tribunal responsable de la causa decidió que podía quedar en libertad, permaneció en una salsa de detención hasta las cinco de la madrugada. Esto indica, sin duda el grado de sospecha por parte de las autoridades, y lo complejo que debió resultar el proceso de deliberación hasta que se alcanzó esa decisión.

Samsung está acusada de haber, supuestamente, pagado unos 48 millones de dólares a la ex-presidenta y a un controvertido amigo suyo, Choi Soon-sil, a través de una asociación del mismo. Con dicho dinero, la empresa se habría asegurado una actitud favorable por parte del gobierno con respecto a la fusión de dos empresas de las que Samsung era propietaria. La retención del directivo se produjo después de que este presentara testimonio antes los investigadores durante más de doce horas.

De todos modos esto no es razón para que Soon-sil ya descanse tranquilo, puesto que su puesta en libertad, en vez de su detención, no significa que la investigación finalice ni que no existan indicios para las sospechas que han dado lugar a la misma. Y es que, como ya comentábamos al principio, no hay que olvidar que ya existen suficientes pruebas como para que el parlamento coreano haya llevado a cabo una moción de censura contra la presidenta, que terminó con su salida del cargo.

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