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Radar, la clave del resurgir de Blackberry

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BlackBerry pierde menos de lo esperado

Hace solo unos días, hablábamos del resurgir de Blackberry que, lejos del sector de los smartphones con correo, podría tener un futuro bastante prometedor en el sector de la automoción. Y hoy la Agencia Reuters trae al frente un ejemplo claro de ese prometedor futuro de la empresa canadiense (a la que cada vez más voces piden que recupere su antiguo nombre, Research In Motion, que ahora tendría más sentido que nunca). Se trata de la empresa de transportes por carretera Titanium Transportation, situada a unos cincuenta kilómetros de Toronto y que, para desarrollar sus servicios, cuenta con nada menos que 1.300 trailers. Y, para verificar el buen estado de los mismos, la empresa ha optado por Blackberry Radar.

Se trata de un dispositivo en formato de caja que, por un precio de unos 400 dólares, recopila y transmite información sobre la ubicación del trailer (tanto estático como en movimiento), temperatura del habitáculo y estado de la carga del mismo. Gracias a este sistema, es posible efectuar un completo control de flotas, mejorar la eficiencia detectando, por ejemplo, rutas de entrega que pueden mejorarse y, claro, garantizar la seguridad de los productos transportados, ya sea en caso de accidentes, robos, etcétera. Y el resultado, según un ejecutivo de la compañía, es haber podido reducir su flota de trailers en un 5%, con el ahorro de costes que eso supone, así como reducir también costes relacionados con los trabajadores, al haber optimizado sus servicios.

En este ejemplo se mezclan, de manera indisoluble, los dos pilares sobre los que debe asentarse el renacer de una empresa que, hasta hace poco tiempo, casi todo el mundo daba por «acabada». ¿Y qué bases son esas? Como ya indicaba al principio, estrechar lazos con el sector de la automoción y, sobre todo, volver a ser una empresa centrada en los productos y servicios para empresas. Y es que, probablemente, el declive de Blackberry empezó, precisamente, cuando con sus dispositivos como Pearl y Storm, quiso dar el gran salto, pasando de ser ese dispositivo que cualquier ejecutivo se preciaba de tener, a convertirse en un móvil «de moda», que pretendía competir tanto con el iPhone como con los smartphones con Android. Un salto a un mercado mucho más amplio, sí, pero en el que la empresa probablemente descuidó su principal foco, los usuarios profesionales, dejando que Apple y Google mejoraran sus plataformas para hacerlas competitivas, precisamente, en el sector que hasta ese momento había sido coto de la canadiense.

Ahora, y aunque su relación con la electrónica de consumo no parece cerrada al 100%, lo que sí que está claro es que la política del CEO de la compañía, John Chen, ha decidido dar un paso adelante y centrarse en productos para empresas y usuarios profesionales, así como en el desarrollo de tecnologías basadas en QNX, que puede tener mucho que decir en los incipientes coches autónomos, gracias a sus funciones en tiempo real, algo imprescindible para entornos de ese tipo. Y no olvidemos que el mercado de los servicios, como el ofrecido con Radar (entre 10 y 20 dólares mensuales por trailer), sirve para sanear mucho más las cuentas, puesto que se traduce en un ingreso constante, en vez de lo que supone la venta puntual de un dispositivo.

Y lo que está claro es que, a falta de algo de recorrido temporal para poder comprobar cómo se lleva a cabo esa evolución, los mercados confían muy significativamente en este cambio, hasta el punto de que los títulos de Blackberry prácticamente no han dejado de subir durante este 2017 y, lo que es más, ya hay firmas que apuestan firmemente por estas acciones como un valor a comprar y mantener a largo plazo, pues pueden revalorizarse todavía mucho más de lo que ya lo han hecho en los próximos años.

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