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Travis Kalanick: «Amo a Uber más que a nada en el mundo»

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Travis Kalanick

Hace unos días, después de que una investigación sobre la cultura empresarial y las prácticas habituales en Uber indicase que debían hacerse todo tipo de cambios en la compañía para mejorar tanto interna como externamente, Travis Kalanick decidió tomarse un periodo sabático indefinido y dejar por un tiempo la empresa que fundó. Pero hace unas horas todo ha cambiado, puesto que ha presentado su dimisión definitiva, debido a la presión de varios inversores.

Según el New York Times, la dimisión de Kalanick se hizo efectiva después de varias horas de dicusiones, durante las que cinco de los principales inversores de la empresa presionaron para conseguir su dimisión y crearon un clima en el que el CEO iba a tener muy complicado seguir en Uber, incluso aunque estuviese un tiempo apartado de su día a día. Para ellos no era suficiente con un tiempo apartado. Debía irse definitivamente. Las cinco inversoras que lo pidieron son Fidelity, Lowercase, First Round, Menlo Ventures y Benchmark.

Todas enviaron una carta a Kalanick, titulada «Haciendo avanzar a Uber», en la que le pedían que dimitiese inmediatamente porque la empresa necesitaba un cambio de liderazgo. Tras recibirla, el directivo pidió consejo a un miembro de la dirección de la empresa, y tras varias conversaciones con algunos inversores, decidió dimitir. Eso sí, seguirá formando parte de la Junta Directiva.

En el comunicado con el que había pública su dimisión, Kalanick manifiesta que ama a Uber «más que a nada en el mundo, y en este momento tan complicado en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores para apartarme, para que Uber pueda trabajar en construir en vez de distraerse con otra pelea«. Por su parte, la junta de la compañía ha manifestado que Kalanick «siempre ha puesto a Uber por delante» y que su dimisión deja que la empresa tenga «espacio para dedicarse por entero a este nuevo capítulo de su historia«.

¿Qué pasará ahora?

Con este paso se ponen fin a varios meses de dudas sobre el liderazgo en Uber, que se ha convertido en un ejemplo de mal ambiente y cultura en Silicon Valley. Después de varios incidentes y problemas, ha quedado al descubierto que la cultura empresarial que practicaba no era la más adecuada, e incluso se ha llegado a la discriminación y al acoso sexual en su seno. Además, ha ido demasiado lejos en las relaciones con las autoridades, e incluso con sus propios socios. Todo bajo el mandato de Kalanick, que ha convertido la empresa en el servicio de coche compartido más conocido en todo el mundo.

Con la salida de Kalanick quedan muchas dudas en el aire. La principal es quién será desde ahora el que lleve las riendas de Uber. Sobre todo, porque la empresa está prácticamente moldeada según los deseos de Kalanick, que aunque ya no será su CEO sí estará en la junta y todavía tiene el control de la mayoría de las acciones con derecho a voto de la empresa.

También quedan otras incógnitas por despejar, entre las que están el resto de peticiones de los inversores que han propiciado la salida de Kalanick: una mejor supervisión de la junta directiva, para lo que piden que dos de los tres puestos vacantes que tiene en la actualidad se cubran con dos «directivos realmente independientes». También piden que Kalanick apoye un comité de búsqueda de un nuevo CEO gesitonado por la junta, además de la contratación inmediata de un responsable financiero con experiencia.

Esta situación no es nada habitual en Silicon Valley, ya que los inversores suelen alabar a los emprendedores y fomentar su agresividad en los negocios. Sobre todo si las empresas que ponen en marcha crecen rápido. Eso sí, todo suele cambiar cuando la situación de las startups es mala o va de capa caída. Entonces, los inversores suelen proteger su inversión.

Pero no es el caso de Uber, que aunque atraviesa por problemas internos, sigue con una valoración muy elevada y es, de hecho, una de las que tiene más valoración del mundo. Es posible que esta presión se haya producido pues porque los inversores creen que la dirección de Kalanick puede afectar a su valoración, lo que les haría perder muchos millones.

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