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NVIDIA reduce previsiones y sus acciones se hunden de nuevo

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NVIDIA no pasa por su mejor momento, el hundimiento de sus acciones es un síntoma claro de ello, ¿pero qué le está ocurriendo exactamente al gigante verde? Una pregunta complicada, ya que tiene una respuesta con varios frentes.

Por un lado tenemos un sector gaming con una clara tendencia a la baja que ha llevado a la compañía a reducir sus previsiones de ingresos para el cuarto trimestre de 2018, que pasa de los 2.700 millones de dólares a los 2.200 millones de dólares.

Malas ventas en el pilar central de la compañía, el gaming, pero no es lo único que ha llevado a NVIDIA a ver como sus acciones bajaban un 14,48% . Las previsiones de soluciones para centros de datos también se han reducido por una serie de acuerdos con grandes tecnológicas que al final no llegaron a cerrarse a tiempo, debido a que éstas optaron por un enfoque más cauteloso a la hora de adoptar nuevo hardware.

En resumen, NVIDIA espera una caída en ventas tanto en el sector de consumo general como en el sector profesional, pero a todo esto hay que añadir un tercer elemento, el stock de componentes y de tarjetas gráficas que todavía sigue atragantado en el canal.

El auge del minado de criptodivisas generó una enorme demanda de tarjetas gráficas, a lo que NVIDIA respondió con un aumento de la producción que acabó llegando demasiado tarde. Cuando se produjo el pinchazo de la burbuja asociada a las criptomonedas tanto el gigante verde como las principales ensambladoras se vieron con una gran cantidad de stock que todavía no han terminado de digerir.

Por otro lado no hay que olvidar que la nueva generación gráfica de NVIDIA, las GeForce RTX 20 y las Quadro RTX, no han cumplido con las expectativas que han generado. Sus precios son, además, muy altos, así que no podemos culpar a los consumidores mostrar un bajo interés frente a dichos productos.

Con todo hay que reconocer que NVIDIA es un gigante dentro del sector GPU, y que ha sabido jugar sus cartas para extenderse a diferentes sectores que pueden aprovechar de forma óptima el potencial de una unidad de procesamiento gráfico, como el de los coches autónomos, la computación en la nube y la inteligencia artificial, y que el desarrollo de los núcleos tensor para inferencia y aprendizaje profundo la ha colocado en una posición privilegiada frente a la competencia.

Todo esto significa, en conjunto, que NVIDIA está viviendo una resaca derivada del enorme éxito que ha tenido en trimestres anteriores, y que es solo cuestión de tiempo, y de digestión de stock, hasta que dejen «el rojo» y vuelvan a la senda «del verde».

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