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Opinión

China y los Estados Unidos: la carrera por ganar la guerra de la Inteligencia Artificial

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Los dos gigantes económicos del mundo, China y Estados Unidos, también lo son en la Inteligencia Artificial (IA). Tienen dos actitudes completamente diferentes hacia el mercado y hacia la investigación y el desarrollo de las tecnologías digitales. ¿Cuál es mejor? ¿El enfoque de hacer (USA) o hacer algo propio chino (China), por orgullo patrio y nacionalista? ¿La unidad de Silicon Valley para monetizar la inversión en innovación? ¿Qué llevará a una innovación más poderosa? ¿Apoyo nacional/estatal/gubernamental de China para desarrollar la tecnología digital e IA? ¿O la capacidad de Estados Unidos y el Silicon Valley para ser disruptivos siempre con nuevas tecnologías?

He vivido y trabajado en ambos países y conozco algo los mercados y las tecnologías digitales. Son dos mundos muy diferentes que tienen un objetivo gigantesco: promover los avances en IA para cambiar el mundo. Esto es un eufemismo (mío). En el fondo, en realidad, se trata de quién obtendrá la primacía mundial. Y la Inteligencia Artificial es el tercer capítulo de esta carrera: las dos primeras las ha ganado EEUU:

  • Primacía económica mundial: (USA crece al 3,2% en PIB y China al 6% o, lo que es lo mismo, recesión, pues China necesita crecer a dos dígitos para alimentar a sus 1.500 millones de personas).
  • La guerra comercial: si Trump impone las amenazadoras sanciones de 250.000 millones de dólares a la importación de productos chinos, China caerá en una recesión muy profunda: inversión empresarial, consumo interno y producción han caído en picado en dos años. A China le quedan solo las exportaciones. Las sanciones de Estados Unidos las destrozarían.

Quizá los gobernante chinos piensen: “Siempre nos quedará la Inteligencia Artificial”…, como a Humphrey Bogart en CasaBlanca…

¿Quién ganará la carrera de inteligencia artificial entre USA y China?

Si bien China se está volviendo más competitiva a nivel mundial, ¿ayudará la política de Trump a los Estados Unidos a mantenerse en vanguardia? El presidente americano acaba de aprobar por decreto ley un plan público de desarrollo de inteligencia artificial… No olvidemos que EEUU es el país más rico y poderoso del mundo. Sus cinco mayores empresas son TIC y tienen un valor en bolsa que, dependiendo está por encima o por debajo del billón de dólares (=PIB de España); USA es Silicon Valley, innovación y, sí, la inventora de la bomba atómica con Albert Einstein a la cabeza. Recordemos que Estados Unidos ya venció económica y tecnológicamente a su anterior enemigo, la URSS, y los chinos, aunque tengan capitalismo de estado, no dejan de ser comunistas y quieren exportar su visión del mundo. Pero aprendieron mucho de la fallida experiencia de la URSS.

Los EE UU y China coinciden en general (en esta “tecnología, solo”), pero, en la actualidad, cada país tiene una ligera ventaja en ciertos campos.

Aprovechar el poder de la inteligencia artificial actual (la «electricidad» del siglo XXI) requiere cuatro entradas análogas: abundantes datos, empresarios sin miedo al riesgo, científicos expertos en inteligencia artificial y un entorno de políticas y leyes compatible con la inteligencia artificial en cuatro áreas diferentes: inteligencia artificial en Internet, inteligencia empresarial, percepción IA, e IA autónoma. Al observar las fortalezas relativas de China y los Estados Unidos en estas cuatro categorías, podemos predecir el equilibrio de poder emergente en el orden mundial de la IA.

La inteligencia artificial de Internet y la inteligencia empresarial ya están a nuestro alrededor, cambiando nuestro mundo digital y financiero de una manera que apenas podemos registrar, pero se nota en los casos en que la IA sustituye, por ejemplo, por algoritmos, a actuaciones legales (abogados), acciones comerciales (vendedores) y diagnósticos de enfermedades (médicos). Vértigo, pánico en el Estado…

¿Podemos predecir el futuro de la inteligencia artificial?

«Si los robots hacen todo, entonces, ¿qué vamos a hacer?» Esta pregunta es la del billón de dólares y la que se hace todo el mundo.

Eso es lo que un estudiante de kindergarten le preguntó a Kai-Fu Lee, reconocido especialista en inteligencia artificial y cofundador de Sinovision, una firma china que impulsa start-ups dedicadas a la IA. En su libro, AI Superpowers, responde a esa pregunta en profundidad.

Cuando se trata de entender nuestro futuro en relación a la IA, todos somos como niños…, llenos de ansiosa curiosidad. Estamos llenos de preguntas sin respuestas, tratando de mirar hacia el futuro. Todos quieren saber qué significará la automatización de la IA para nuestros trabajos. Una respuesta obvia es que empresas y gobiernos pongan la Inteligencia Artificial al servicio el bienestar de las personas y no al revés, no vaya a cumplirse la predicción (posiblemente inflada, exagerada y no sustentada por datos, pero que da un buen titular) de PWC de que:

“En la próxima década, 800 millones de personas perderán su empleo debido a la IA y la Robótica»

PWC

Si fuera cierto, la pregunta es obvia: ¿habrá puestos de trabajo para los humanos?

¿Cuál es el mayor riesgo de la IA?

Algunos dicen que es el colapso económico mundial, derivado de lo que dije anteriormente: 800 millones de personas con familias, en el paro, son una bomba nuclear social. Algunos dicen que IA significa una vida sin sentido, ya que millones pierden sus trabajos. Otros afirman que IA creará un nuevo mundo donde los algoritmos reemplazarán las emociones.

Sin duda, la IA sacudirá las economías de todo el mundo. Puede haber un malestar social masivo. Puede haber dificultades generalizadas. Hollywood y China, desde 2014 a 2019, han lanzado más de un centenar de buenas películas que tienen por objeto explicar la resultante de la IA en la vida de los humanos. Lejos queda Terminator.

Las nuevas películas describen un futuro apocalíptico donde la Inteligencia Artificial y los robots lo dominan todo. Como en Matrix. Algunos optimistas aseveran que podría haber una mejora general en la vida. Pero, hoy, son minoría…

Ciertamente, la IA creará valor y nos liberará del trabajo repetitivo (a algunos), pero planteará desafíos y riesgos significativos como éstos:

  • Empleo: el 50% de las tareas de trabajo humano se reemplazarán dentro de 15 años. ¿Cómo manejaríamos el reentrenamiento/formación de 400-800 millones de personas de la fuerza laboral? Pues hay que hacerlo, como propuso el expresidente Barack Obama en su Proyecto Hamilton. Además, lidiar con la «pérdida de sentido de la vida» que puede sobrevenir como consecuencia de la pérdida de un trabajo: por este motivo, en Japón, los suicidios son masivos y diarios.
  • Ciberseguridad: IA es software y el software puede ser pirateado. Por ejemplo, si todos los vehículos autónomos en un país son pirateados, podrían convertirse en armas letales.

¿Está usted en riesgo de perder su trabajo a favor de la IA?

La inteligencia artificial y la automatización, basadas en las tecnologías digitales actuales y extensiones razonables, reemplazarán el 40-50% de los trabajos dentro de los próximos 15-20 años. Estos son los tipos de tareas y trabajos que IA está dispuesta a asumir en un futuro próximo:

  • Trabajo repetitivo, especialmente si las tareas se realizan en lugares iguales o muy similares (por ejemplo, lavado de vajillas, inspección de la línea de ensamblaje, costura)
  • Variantes fijas de interacciones basadas en un script (por ejemplo, servicio al cliente, telemarketing…).
  • Clasificación relativamente simple de datos, o reconocimiento de patrones que requieren menos de un minuto de reflexión (por ejemplo, archivar, calificar tareas, clasificar tarjetas de negocios).
  • Trabajar en un campo muy estrecho en una sola compañía (por ejemplo, televentas para los productos de su banco-empleador, contabilidad para el mismo departamento, etc).
  • Trabajos que no requieren mucha interacción cara a cara con personas (por ejemplo, clasificador, ensamblador, entrada de datos).

Las empresas en muchos sectores que invierten, lo hacen fuertemente para desarrollar IA / robots (por ejemplo, vehículos autónomos, radiólogos de AI), aunque este tipo de reemplazo puede tardar mucho tiempo en ser generalizado.

Cada país, USA y China, tiene ventajas únicas

La percepción que se tiene de IA es digitalizar nuestro mundo físico, aprender a reconocer nuestras caras (“reconocimiento facial”, usado en el Mobile World Congress 2019 recién celebrado), comprender nuestras necesidades, anticipándolas y «ver» el mundo que nos rodea (realidad virtual y aumentada).

La IA autónoma tendrá el impacto más profundo en nuestras vidas. A medida que los coches que conducen por sí mismos salen a la calle, los drones autónomos van al cielo y los robots inteligentes se apoderan de las fábricas, transformarán todo, desde la agricultura orgánica hasta la conducción en carretera y la comida rápida. Lo que nos parecía una exageración en la película “Yo, Robot”, protagonizada por Will Smith en 2004 hoy lo hemos visto en Barcelona en #MWC19. Pensar cualquiera otra cosa es cerrar los ojos a la realidad. Y caminar con los ojos cerrados aumenta exponencialmente el riesgo de pegarse un toñazo monumental.

En Internet, las compañías chinas y estadounidenses están en relativo pie de igualdad, aunque China juega con ventaja porque veta las empresas norteamericanas: Amazon vs Alibaba o Google versus Tencent y mil ejemplos más. China no juega limpio, ni en esto, ni en nada.

En cuanto a los negocios, los EEUU lideran con diferencia, pero China (el Partido Comunista Chino) quiere cerrar esa brecha en los próximos cinco años y ya hay un “Plan quinquenal de Inteligencia Artificial”. Los planes quinquenales fueron invento de Stalin en la URSS y Mao Zedong los impuso en China en 1949 y han sido recuperados por el actual presidente chino Xi-Jinping. Eso sí, como dije más arriba, Trump ha reaccionado en tiempo real: buena prueba es su decreto ley de principios de marzo de 2019 con un plan público para impulsar la IA en connivencia con Silicon Valley y la industria tecnológica.

No hay duda de que China se quedará atrás en el mundo corporativo, pero puede liderar en servicios públicos e industrias obsoletas.

El mundo funcionará a partir de los datos del mundo real digitalizados. La indiferencia cultural de los usuarios chinos sobre la privacidad de los datos le da a China una clara ventaja en la implementación de IA, versus Occidente, donde los ciudadanos damos lógica importancia a la privacidad de sus datos y, por eso, tenemos leyes que nos protegen, a pesar de Facebook y Cambridge Analytica, Amazon, Google y Microsoft…

Hoy en día, los EEUU tienen una gran ventaja en la IA autónoma, pero en cinco años los EEUU y China podrían liderar el mundo en coches de conducción autónoma, y China tiene la ventaja en aplicaciones de hardware intensivo como drones autónomos. Tenemos, al menos cinco años para ver qué pasa, puesto que las dos grandes super potencias han puesto en marcha planes quinquenales para ver quién gana la guerra de la Inteligencia Artificial.

Al menos, España acaba de presentar la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que elaborarán 11 ministerios… Hemos pasado de la inexistente Agenda Digital a, de golpe y porrazo, tener una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial…, supongo primero harán llegar cobertura móvil e Internet al millón de familias que viven en zonas rurales y están fuera del mundo digital español…

Mientras, “los humanos corrientes, gentes de la calle” bien haríamos en concienciarnos del fenómeno, tomar nota, estudiar, formarnos y, como decimos los toledanos, “ponernos las pilas”, si queremos conservar nuestro puesto de trabajo.

jorge diaz cardiel

 

 

Jorge Díaz-Cardiel. Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Autor de más de mil de artículos de economía y relaciones internacionales, ha publicado una veintena de libros.
Imagen por: Frank Wang on Unsplash

Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Ha ocupado cargos de responsabilidad en empresas de comunicación, relaciones públicas y tecnología. Ha escrito más de mil de artículos de economía y relaciones internacionales y una veintena de libros.

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