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China confirma una importante subida de aranceles a productos estadounidenses

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Continúa el tira y afloja entre China y Estados Unidos. La administración Trump se embarcó en una cruzada contra el gigante rojo que desencadenó una importante guerra comercial cuyo final es, hoy más que nunca, incierto.

Hace unas semanas vimos que Estados Unidos había amenazado a China con el establecimiento de nuevos aranceles tras fracasar en su intento de utilizar a Huawei como moneda de cambio, un movimiento que, al final, acabó siendo contraproducente por el daño que iba a provocar a las grandes tecnológicas estadounidenses. Lo mismo ocurriría, curiosamente, con esos nuevos aranceles, Apple iba a ser una de las más perjudicadas, así que no es extraño que al final no se hayan ejecutado en toda su extensión.

Todos los movimientos que ha llevado a cabo Estados Unidos en su guerra comercial contra China han caído, de momento, en saco roto. La administración de Xi Jinping ha demostrado que no está dispuesta a ceder a las presiones de Trump, y que solo se sentarán a negociar «como iguales».

Una postura perfectamente comprensible, ya que están defendiendo sus intereses como nación, algo que cualquier país haría en su misma situación. Sin embargo, ya no se están limitando a verlas venir. China ha empezado a devolver los golpes a Estados Unidos, y en esta ocasión lo ha hecho con una importante subida de aranceles que afectará, en principio a bienes valorados en unos 75.000 millones de dólares.

Entre las claves más importantes de estos nuevos aranceles nos encontramos con una subida de entre un 5% y un 10% en función de los bienes afectados, que ascienden a más 5.000 productos, cuya entrada en vigor se producirá a partir del 1 de septiembre.

Las importaciones de automóviles estadounidenses, y de componentes y piezas necesarias para su mantenimiento y reparación, también se verán seriamente afectadas, ya que China ha confirmado la entrada en vigor a partir del 15 de diciembre de una subida de aranceles del 25% y del 5%, respectivamente. Esta subida estaba planeada para la primera mitad de 2019, pero fue aplazada el pasado mes de abril.

La administración Trump todavía no ha respondido a este movimiento, pero tiene dos opciones: anunciar nuevos aranceles o buscar nuevas negociaciones. Ninguno de los dos presidentes está dispuesto a ceder terreno, pero es solo cuestión de tiempo hasta que los efectos de esos aranceles se empiecen a notar y la situación empiece a volverse tensa de verdad, así que es probable que acabemos viendo un acercamiento de posturas en las próximas semanas.

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