Avanzando hacia un nuevo modelo económico

Nunca en 100 años, el mundo se ha enfrentado a una crisis tan global como la que ha provocado la pandemia del Covid-19. Nunca antes se había propagado algo tan deprisa. A las pérdidas humanas que, por desgracia, son irreparables se suma la incertidumbre en torno a lo que vendrá una vez que la crisis sanitaria se haya mitigado. Surgen cientos de dudas sobre nuestro futuro como sociedad, sobre nuestro futuro sanitario, y también sobre nuestro futuro económico.

No cabe duda de que esta crisis lo está cambiando todo, y en la medida de lo posible debemos ser capaces de anticipar y saber adaptarnos con agilidad. Una vez pase este momento de lucha sin cuartel contra el virus, y recuperemos una cierta normalidad, deberemos plantearnos muchas cosas, entre ellas cómo nos relacionamos, cómo estudian nuestros hijos, o cómo disfrutamos del tiempo libre. Y, por supuesto, también cómo afrontar la nueva etapa económica desde el punto de vista del negocio.

Todo cambiará en mayor o menor medida. Y ya lo estamos percibiendo. En apenas tres semanas, una parte importante del tejido empresarial español ha dado el salto al trabajo en remoto, al espacio virtual, iniciando un viaje hacia el teletrabajo que antes abordábamos en su mayor parte como medida de conciliación de la vida familiar y laboral, que con esta crisis hemos adoptado aceleradamente y que desde ahora también se extenderá y consolidará como forma de desempeño ideal para reducir los desplazamientos, con los consiguientes beneficios para el medio ambiente; para elevar la productividad por la ausencia de tiempos de inactividad o para impulsar la educación y la formación a distancia tan importantes para que el conocimiento llegue, en igualdad de condiciones, a todos los rincones del país.

En estos días, la demanda de escritorios virtuales y el despliegue de redes privadas virtuales (VPN) ha sido la tónica, ya que han sido el motor de arranque del teletrabajo y de la interacción entre las personas. También la demanda de plataformas de e-commerce ha experimentado un fuerte incremento con el fin de trasladar el negocio físico al mundo on-line, seguir dando servicio y esquivar en la medida de lo posible el fantasma de la inactividad.

Esta crisis nos está enseñando muchas cosas. Una de ellas es que, desde las empresas, debemos reforzar la captación de nuevos perfiles que puedan ofrecer soporte a cualquier necesidad sobrevenida y que nos permita adaptarnos a una inédita realidad, un escenario construido sobre un modelo económico diferente, que nos exigirá enfocarnos y enfocar nuestros proyectos de otro modo. Ya no será igual.

Tendremos que abrir de par en par la puerta al universo virtual, e invertir generosamente en tecnologías de comunicación que nos permitan impulsar nuestras relaciones, y elevar el grado de cercanía con nuestros clientes, e intentar así entender mejor sus retos y problemas reales para darles una solución acorde a sus expectativas.

Algo que no cambiará en el escenario que está por llegar es que la economía seguirá siendo un sistema dinámico. Acabamos de comprobarlo: todo influye en todo lo demás y además se encuentra en movimiento constante. Todos continuaremos necesitándonos y, por tanto, estaremos obligados a colaborar más para hacer de nuestro planeta un lugar mejor para todos.

Firmado: Tino Fernández, presidente ejecutivo de Altia