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Hopper permitirá a NVIDIA desarrollar una súper GPU

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NVIDIA

NVIDIA está trabajando en sus próximas arquitecturas para el sector gráfico, y según las últimas informaciones parece que la compañía podría volver a utilizar dos diseños de GPU diferentes, uno para el mercado de consumo general y otro para el mercado profesional.

No sería la primera vez que NVIDIA adopta esta estrategia, ya lo hizo con Volta, la primera arquitectura de la compañía que utilizó núcleos tensor para acelerar cargas de trabajo relacionadas con la inteligencia artificial. Es cierto que Volta se utilizó para dar vida a la TITAN V, pero dicha tarjeta gráfica no puede ser considerada como una solución de consumo general, dado que tuvo una distribución muy limitada y un precio de 3.200 dólares.

Turing, sucesora de Volta, sí ha sido una generación que ha servido para dar forma tanto a soluciones gráficas profesionales como de consumo general, y lo mismo ha ocurrido con Ampere. El caso es que, según varias fuentes, NVIDIA tiene en desarrollo dos grandes arquitecturas. Por un lado está Lovelace (un homenaje a Ada Lovelace), que estaría dirigida al mercado de consumo general y que podría debutar entre 2021 y 2022, y por otro lado tenemos a Hopper (en homenaje a Grace Hopper), que estaría limitada al sector profesional y llegaría entre 2023 y 2024.

Hopper es, sin duda, la que más interés ha generado porque podría marcar un importante punto de inflexión en el sector GPU. Actualmente, los núcleos gráficos se fabrican siguiendo un diseño de núcleo monolítico, lo que significa que todos los elementos que integran la GPU se encuentran en la misma pastilla de silicio.

Pues bien, Hopper cambiará esa realidad por completo al adoptar un diseño MCM (módulo multi-chip). Esto quiere decir que la GPU estará formada por varias pastillas de silicio interconectadas. Cada una tendrá una cantidad determinada de núcleos CUDA (shaders), además de sus otros elementos clave, como motores de texturizado y de geometría, y los núcleos tensor y RT. Uniendo esas pastillas de silicio «menores» será posible crear una súper GPU.

La idea es, en esencia, la misma que ha utilizado AMD en sus procesadores Ryzen, Threadripper y EPYC. Gracias al concepto MCM, AMD ha sido capaz de crear procesadores con 64 núcleos y 128 hilos, así que imaginad, por un momento, lo que podría hacer NVIDIA con un diseño de este tipo. Crear una GPU con decenas de miles de núcleos CUDA podría dejar de ser algo imposible, y gracias al proceso de 5 nm podría resultar, además, bastante «económico» de trasladar a la oblea.

Una súper GPU con un enorme número de núcleos CUDA permitiría paralelizar de forma efectiva altas cargas de trabajo, y permitiría superar de forma «sencilla» las limitaciones que presentan los diseños actuales de núcleo monolítico, algo que ya hemos visto en el sector CPU gracias a AMD y a su arquitectura Zen (en todas sus versiones).

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