AMD ya tiene luz verde para comprar Xilinx

AMD ya puede comprar Xilinx, después de que todas las entidades reguladoras que han examinado el acuerdo de compra hayan dado el visto bueno a la operación. Los de Estados Unidos y China han dado luz verde al acuerdo, dado que han comprobado que no incumple ninguna normativa, sobre todo en materia de competencia. Así, la operación, quizá la más larga en cerrarse de todas las que ha emprendido AMD y para la que ha habido que esperar más de lo previsto desde que se anunció el pasado mes de octubre de 2020, se cerrará probablemente la próxima semana. En concreto, el próximo día 14 de febrero.

Finalmente, AMD pagará por Xilinx 54.000 millones de dólares, según Tom’s Hardware, cuando el acuerdo inicial apuntaba a 35.000 millones en acciones, debido a la subida de precio de las acciones de AMD. Cuando se anunció el acuerdo, se dijo que los accionistas de Xilinx recibirían 1,7234 títulos de AMD por cada acción de Xilinx (el acuerdo de compra apuntaba a que el pago del precio de compra de la compañía sería todo en acciones). Desde entonces hasta ahora, la acción de AMD ha subido de los cerca de 85 dólares que valían en octubre de 2020 a más de 130 en la actualidad, una subida del 53%.

Xilinx está especializada en un tipo de chips distinto a los que ha empleado AMD para cimentar su marca, más centrada en los chips para CPUs y GPUs. En concreto, Xilinx produce semiconductores programables, entre los que están los FPGAs (Matriz de puertas programables en campo) y ASICs (circuito integrado de aplicación específica). Estos chips se utilizan en gran cantidad de aplicaciones industriales, y contar con la propiedad de la compañía que los produce ayudaría a AMD a expandir su actividad a nuevos mercados, y a desarrollar tipos de chips que hasta ahora no producía.

Además, estos chips se emplean en centros de datos, junto con los chips para CPUs y GPUs. Por eso, AMD podrá ahora ofrecer soluciones más completas a sus clientes. Además, esta compra permitirá a AMD apretar con respecto a su principal competidor, Intel, que compró el principal rival de Xilinx en el sector de los FPGA en 2015. Xilinx, eso sí, fue una de las primeras empresas que cambió a un modelo de negocio de no contar con fábricas propias para el desarrollo de sus chips. Xilinx los diseña, pero se los fabrican otros.