A pesar de la tendencia del sector de la memoria, que ha hecho que muchos de los principales fabricantes de chips hayan reducido su inversión en capacidad de producción de este tipo de chips para el próximo año, Samsung va a mantener su inversión en memoria. Lo hace, a contracorriente de lo que van a hacer prácticamente todos los demás fabricantes, porque están seguros de que la caída de la demanda se revertirá en 2023. Especialmente, en el área de la memoria destinada a su integración en servidores de centros de datos.
Samsung lo ha confirmado tras presentar sus resultados del tercer trimestre de 2022, que arrojan unas cifras que ponen de manifiesto que los ingresos y los beneficios de su división de memoria han bajado, debido según The Register, a los ajustes de inventario de los clientes y al debilitamiento de la demanda de productos de consumo.
Su división de Soluciones de dispositivos, que se encarga de la fabricación de nodos de semiconductores y chips de memoria y de circuitos integrados, ha registrado un descenso del 14% en ingresos, totalizando 16.140 millones de dólares en el periodo comunicado. Además, sus beneficios han caído un 49% hasta los 350 millones de dólares.
A pesar de esto, los ingresos del Grupo Samsung han batido otro récord: 54.000 millones de dólares, un 4% más. Pero sus beneficios operativos totales han bajado un 23% con respecto al trimestre anterior, y se han quedado en 7.630 millones de dólares. Estas cifras han mejorado las previsiones que tenía Samsung a principios de este mes, aunque se han quedad por debajo de las estimaciones de los analistas.
Durante el próximo trimestre es muy probable que sigan los ajustes en el mercado de la memoria, pero Samsung espera que haya demanda notable en el mercado de los servidores. Se basa para esto en que espera que la demanda de estos chips siga estando fuerte en el mercado de servidores.
Para ello se basa en las inversiones continuas en infraestructura, las instalaciones en centros de datos y la adopción de la memoria DDR5 en las CPUs nuevas. Para cubrir la demanda que prevén que haya, Samsung tiene la intención de crecer en el cuarto trimestre tanto en la fabricación de chips NAND como en la de chips DRAM, centrándose en los productos de alta densidad y rendimiento.
Para 2023, Samsung espera que la demanda se recupere en cierta medida. Por lo tanto, su división de Soluciones de dispositivos tiene planes de abordar de manera activa la demanda de productos de alta densidad. También planea expandir sus nodos de producción avanzados.
Estas predicciones están en línea con las que Micron hizo a principios de este mes, cuando predijo que habría un rebote de la demanda en la segunda mitad de su año fiscal 2023. A pesar de esto, Micron va a recortar la inversión de producción en su capital para el año que viene más de un 30%, hasta dejarla en los 8.000 millones de dólares.
TSMC también ha a reducir la inversión de capita en la producción de memoria. Para empezar, hasta finales de año piensa invertir como mucho 36.000 millones de dólares, 4.000 menos de lo que quería hacer en un principio. SK Hynix también va a rebajar su inversión en producción de memoria el año que viene. Tanto, que la va a bajar aproximadamente a la mitad.
Además, SK Hynix va a reducir el volumen de producción de sus productos menos rentables. Kioxia, que hasta hace poco se llamaba Toshiba Memory, también va a reducir la inversión de capital y su producción, aunque no está claro cuánto.
Hay un consenso entre los fabricantes de memoria, que apunta a que la caída en la demanda que está experimentado el mercado en la actualidad es solo parte del ciclo de mercado, y que podrán aumentar de nuevo la producción y la inversión cuando remonte. Pero saber cuándo sucederá esto, no está claro todavía. Samsung y Micron esperan un repunte el año que viene, pero algunos analistas creen que esta subida se producirá más adelante.
