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Gadgets de vestir, un nuevo desafío para la seguridad en la empresa
La llegada del BYOD marcó un antes y un después dentro de la seguridad empresarial, una tendencia que recibió fuertes críticas y que contaba con defensores acérrimos que en muchas ocasiones no podrían o más bien no querían ver los riesgos que implicaba.
Así el BYOD, que se refiere a utilizar dispositivos personales como tablets, portátiles y smartphones para trabajar, ha dado importantes quebraderos de cabeza a todas aquellas empresas que quisieron aprovechar sus ventajas sin cuidar de forma adecuada la seguridad.
Actualmente el nuevo gran reto que enfrenta la empresa en la búsqueda del equilibrio entre una mayor productividad y una protección adecuada viene representado por los gadgets de vestir, más conocidos como wearables, su denominación en inglés.
Gadgets de vestir, una mirada general
Dentro de lo que calificamos de forma general como gadgets de vestir se agrupa una amplia variedad de dispositivos, cuya principal característica es precisamente la que sirve para dar forma a su nombre, y es que «se visten», se integran con nuestra imagen diaria.
Esto hace que por lo general sean muy fáciles y cómodos de transportar, y que además resulten disimulables en el día a día de casi cualquier persona.
Relojes inteligentes y gafas inteligentes han constituido la primera hornada comercial de lo que consideramos como gadgets de vestir, aunque la segunda ha tenido un desembarco inicial mucho más limitado y todavía no ha terminado de llegar de verdad.
Sus posibilidades dentro de la empresa
La idea principal que subyace detrás del uso de los gadgets de vestir a nivel empresarial es la mejora de la productividad, seguida de la consecución del «siempre conectado», potenciando la movilidad del trabajador.
No hay duda, ofrecen ventajas que no tenemos al utilizar smartphones y tablets, pero también debemos tener claro que alcanzan su máximo potencial cuando se utilizan de manera conjunta con estos dispositivos.
Esto genera una cierta dependencia que, por ejemplo, es especialmente visible con el Apple Watch, lo que se traduce en que las amenazas de seguridad que afecten a estos dispositivos podrían acabar salpicando a aquellos con los que estén conectados, pudiendo derivar en una reacción en cadena muy peligrosa para la empresa.
Vulnerabilidades «Hombre en el Medio» y espionaje, los dos principales problemas
Para conseguir acceso a Internet los gadgets de vestir utilizan principalmente dos vías, conexión directa vía WiFi o bien por Bluetooth, un escenario idóneo para que se produzcan los llamados ataques «Man in the Middle«, traducidos como «Hombre en el Medio».
Estos ataques podrían ser el inicio de algo mucho más grave, ya que sirven para interceptar las comunicaciones que se producen y obtener datos que pueden acabar siendo muy útiles, hasta el punto de llegar a facilitar la comisión de otros de mayor entidad que acaben afectando enormemente a la empresa.
Otros tipos de ataque que pueden sufrir estos gadgets y que debemos tener en cuenta son aquellos que utilizan diferentes tipos de malware como herramienta para el espionaje.
Una infección producida por un malware de este tipo permite al atacante hacerse con el control de aspectos clave del wereable, como por ejemplo su cámara fotográfica o el micrófono, dejando la puerta abierta de par en par al espionaje industrial.
Una amenaza real, pero todavía poco extendida
No hay duda de que los gadgets de vestir son una herramienta que presenta cierta utilidad a nivel empresarial, pero también serios riesgos que irán aumentando paulatinamente.
De momento la implantación de este tipo de dispositivos es reducida y no ha llamado demasiado la atención de los ciberdelincuentes, pero es sólo una cuestión de tiempo, al igual que ocurrió en su momento con el sector smartphone.
La popularidad de una tecnología o sistema operativo es lo que determina, en gran medida, la cantidad de amenazas de seguridad a las que debe hacer frente, y dado que la industria ha apostado fuertemente por el sector wearable podemos tener claro que las amenazas de seguridad irán creciendo según lo haga su presencia en el mercado de consumo general.
Imagen: Shutterstock.
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