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Opinión

¿Veremos a una ex de HP en la Casa Blanca?

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Carly Fiorina

 Carly Fiorina

Tuve la oportunidad de encontrarme con Carly Fiorina hace 15 años, cuando era presidenta y CEO de Hewlett-Packard. Junto a Juan Soto Serrano, ex presidente de HP Iberia, pude mantener dos encuentros con ella que, en total, no excedieron de cuatro horas. No puedo decir, por tanto, que “la conozco” en el sentido estricto del significado del verbo, pero al menos sí tengo permiso para afirmar que he podido estrechar la mano de una candidata presidencial norteamericana por el partido republicano. De manera parecida, “conocí” a Donald Trump –el billonario que encabeza las encuestas del bando conservador en la carrera presidencial norteamericana de 2016- en su Torre Trump de Nueva York, en agosto de 2011.

Hay grandes diferencias entre ambos personajes, Fiorina y Trump. Obviamente Fiorina es mujer y esto la condiciona mucho: es la única mujer candidata en el bando republicano de un total de 17 candidatos, como lo es Hillary Clinton en el bando demócrata (Trump es un hombre) como ella misma dice “es todos contra una”. Más allá de las obviedades, hay que hacer notar que nunca se supo (hasta hace muy poco) de las aspiraciones presidenciales de Carly Fiorina, mientras que Trump va a hacer ahora su tercer intento. Los dos primeros quedaron abandonados por el camino. Además, Trump es un billonario del mercado inmobiliario y el negocio de los casinos, versus Carly Fiorina, que siempre destaca -en todas sus apariciones- que es ex CEO de Hewlett-Packard. Estas son sus credenciales que exhibe con orgullo. De todos es sabido que hay grandes diferencias entre un empresario (se juega su patrimonio) y un directivo (gestiona el patrimonio de unos dueños que son accionistas, a los que el directivo rinde cuentas).

Pero el pertenecer al mundo de los negocios es lo que une a ambos candidatos, más allá de que provengan del bando conservador, “condición” que Fiorina niega a Trump, a quien acusa de ser un demócrata liberal encubierto. Trump, que ocupa la primera posición electoral en las encuestas en el bando republicano, tanto en cada estado como en el ámbito nacional, destaca su capacidad de negociación y de conseguir éxitos: “conmigo, Estados Unidos volverá a obtener muchas, muchísimas victorias”, suele decir en sus mítines electorales. Además, desprecia al llamado establishment, que él denomina peyorativamente “políticos profesionales”: se ganan la vida con la política.

Por contraste, Carly Fiorina dice que sus credenciales para ser presidenta de Estados Unidos son que “entiende de economía y sabe de tecnologías de la información”. Ambas cuestiones son esenciales: primero, porque la economía será en 2016 el gran tema de discusión electoral; segundo, porque las TIC son el sector económico más importante de Estados Unidos. Fiorina, además, no deja de sacar a colación que ella es el vivo ejemplo del American Dream: “de secretaria en una pyme de nueve empleados, a presidenta de la primera compañía tecnológica del mundo”, suele decir, para autodefinirse.

Fiorina ha escrito dos libros de memorias, que he leído en un par de ocasiones y que arrojan mucha luz sobre su forma de pensar. En el primero, “Tough Choices” donde centra la atención del lector en los años en que dirigió Hewlett-Packard. En resumidas cuentas, explica cómo tuvo que darle la vuelta a la compañía, “como se le da la vuelta a un calcetín”, porque hasta que ella llegó, la empresa «se había aburguesado» y se estaba quedando rezagada frente a sus competidores. Cuando ella dejó la compañía, escribe Fiorina, Hewlett-Packard era líder en todos y cada uno de los segmentos en que competía y, además, asegura que puso los fundamentos del éxito de HP para los cinco años siguientes, de Mark Hurd y algún que otro CEO, como Leo Apotheker. Sin lugar a dudas, si con otro CEO de HP se siente Fiorina identificada es con Meg Whitman, actual presidenta y CEO de HP: las dos son mujeres y conservadoras (Fiorina quiso ser senadora republicana por California, sin conseguirlo, al mismo tiempo en que Whitman intentó ser gobernadora del mismo estado, también por el partido conservador y, también, sin conseguirlo).

La dura vida de Fiorina

En el segundo libro, publicado en julio de este año, en plena campaña electoral (“Rising to the challenge: my leadership journey», 2015, Sentinel; “a la altura del reto: mi camino hacia el liderazgo”), Fiorina explica que en los últimos diez años, su vida ha estado jalonada de duras experiencias personales y profesionales que ha tenido que superar para convertirse en una auténtica líder, capaz de liderar Estados Unidos: la pérdida de las elecciones al Senado y, sobre todo, un cáncer que, casi, acaba con su vida y, lo más duro, la muerte de una de sus hijas.

Fiorina está de acuerdo con el diagnóstico de Estados Unidos que hacen el resto de candidatos republicanos: Norteamérica ha perdido el liderazgo mundial, el país está en decadencia, China es una amenaza para la primacía de Estados Unidos en el mundo y está ganando la batalla, y el Sueño Americano ha dejado de ser un sueño para muchos, para convertirse en una pesadilla. La receta de Fiorina para darle la vuelta a la tortilla y restaurar la gloria de América consiste en desplegar el potencial humano de todos y cada uno de los americanos, para que dependan menos del estado y sean capaces de valerse por sí mismos. Ella se propone como ejemplo al haber superado un despido traumático, un desastre electoral, una enfermedad mortal y el fallecimiento de una hija.

Fiorina es, en política, lo que se denomina una outsider: no proviene del mundo de la política y por tanto no conoce los resortes del poder en Washington, dicen sus oponentes. Ella –como Donald Trump- asevera que el venir de fuera es una virtud porque, como le sucedió en Hewlett-Packard, eso le permitirá hacer los cambios necesarios para recuperar la primacía de Estados Unidos en el mundo.

Fiorina partió antes del verano de un 1% en estimación de voto entre potenciales votantes republicanos. A principios de septiembre, en cambio, está entre los cinco primeros contendientes republicanos, junto a Trump, Bush, Rubio y Cruz. Ganó el debate entre siete candidatos republicanos que organizó la cadena Fox el pasado 6 de agosto. CNN convoca el siguiente debate (16 de septiembre) y ha cambiado las reglas de aceptación de candidatos republicanos para que Fiorina pueda formar parte del debate, ya que ha subido tanto en las encuestas: muchos esperan y desean un choque de trenes entre Fiorina y Trump. La directiva frente al empresario. La mujer que sabe de economía y de tecnologías de la información, versus el hombre de negocios que sabe negociar. Interesante encontronazo, del que estamos deseando saber el desenlace.

jorgeJorge Díaz-Cardiel. Socio director de ADVICE Strategic Consultants. Premio Economía de las Cámaras de Comercio. Consultor del IBEX-35. Autor de libros como Recuperación económica y grandes empresas; La victoria de América; Éxito con o sin crisis; Obama y el liderazgo pragmático y La reinvención de Obama.

Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Ha ocupado cargos de responsabilidad en empresas de comunicación, relaciones públicas y tecnología. Ha escrito más de mil de artículos de economía y relaciones internacionales y una veintena de libros.

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