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Microsoft acelera las actualizaciones de Windows Server

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Hace un par de semanas, Microsoft confirmó que iba a lanzar más actualizaciones de Windows Server de las que ha venido liberando hasta ahora. En concreto, los de Redmond planean lanzar dos por año, una en primavera y otra en otoño, probablemente en marzo y septiembre. La primera verá la luz este septiembre, y tendrá la denominación 1709, mientras que la segunda se llamará 1802. Con este movimiento, Windows Server tendría la misma cadencia de actualizaciones que Windows 10 y Office 365 ProPlus.

Pero según Computerworld, a pesar de estas promesas, muchos analistas no parece muy convencidos  de que Microsoft vaya a cumplir lo que promete, y piden pruebas de que van a hacerlo. Según Jim Gaynor, de Directions on Microsoft, el calendario de actualizaciones propuesto para Windows 10 es «aspiracional», y apunta a que «por ahora, diría que son sus aspiraciones, no sus políticas. Esperan hacerlo, pero si no cumplen, pues nada«. Para él, lo mismo puede decirse de la programación de actualizaciones de Windows Server.

El incumplimiento de la programación de las actualizaciones de Windows server tendría el mismo efecto que si sucede en Windows 10. Si Microsoft retrasa las fechas de actualización tras un lanzamiento retrasado, la cadencia de publicación de actualización y su sincronización con Windows 10 se vendría abajo. Pero si consiguen recuperar el paso con la siguiente actualización programada, la actualización que se retrasó tendría que ver recortado la duración de su soporte si Microsoft quiere mantener un calendario consistemte.

Microsoft ya había planeado comenzar a distribuir dos o tres actualizaciones incrementales de funciones para la instalación «Nano Server» de Windows Server 2016 al año. Para esa opción no hay novedades, puesto que ya la distribuye así. Las novedades se aplicarán a la configuración Server Core, que además se convertirá en la opción recomendada para su instalación en equipos sin pantalla en centros de datos, lo mismo que Azure, y sustituirán a Nano, que se utilizará sólo en contenedores.

Mientras, Windows Server 2016 se mantendrá con actualizaciones de seguridad y de opciones no relacionadas con ella, pero no se mejorará con nuevas funciones ni características. Contará con la programación de soporte habitual de 5+5: cinco años de soporte principal y otros cinco de soporte extendido, con la opción de otros seis adicionales de soporte Premium de pago.

A pesar de que duda de que vaya a cumplirse la programación planeada de actualizaciones, Gaynor sí ha alabado la estructura de lanzamientos dividida que Microsoft asumió el año pasado y ha clarificado este mes: «Las liberaciones bifurcadas se activaban por diferentes casos de uso, que surgía a medida que Microsoft los detectaba«.

Algunos clientes querían acceso instantáneo a componentes, funciones y opciones nuevas. Las querían tan pronto como Microsoft las trasladase a código. Pero mientras, otros preferían la estabilidad a largo plazo de una plataforma que, tras su instalación, sólo precisaba mantenimiento. Con esta frecuencia de actualización, se consigue contentar a las dos corrientes de opinión.

Por acumulación, estas dos actualizaciones anuales serán lo que componga la base de funciones del próximo Windows Server X. Dentro de dos o tres años, Microsoft lanzará Windows Server 2018 o 2019, en función de su fecha de salida, que se creará a partir de las actualizaciones de Server Core.

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