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¿Por qué quieren a Arianna Huffington fuera de la directiva de Uber?

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Parecía que, tras la dimisión de Travis Kalanick en Uber, las cosas se iban a calmar en el seno de la compañía pero, nada más lejos de la realidad. Uno de sus inversores, el grupo Benchmark Capital, lleva unas semanas intentando que Kalanick deje también su puesto en la junta directiva de la empresa, para lo que busca el apoyo de otro de los principales inversores de la empresa, Lowercase Capital. Y parece que en Benchmark también quieren ahora que Arianna Huffington deje su puesto en la junta de Uber.

Así lo asegura uno de los primeros inversores de Uber, Shervin Pishevar, que según Recode ha enviado una carta a Benchmark, que posee aproximadamente el 13% de las acciones de la compañía en la que les pide que dejen en paz a la junta directiva. En dicha carta, Pishevar afirma que «en base a una conversación con un representante de Lowercase Capital, hemos sabido que Benchmark también quiere apartar a Arianna Huffington de la junta directiva y ha hecho varios comentarios despectivos sobre ella«.

Pero ¿por qué quiere Benchmark a Arianna Huffington fuera también de la dirección de Uber? Pues básicamente, según Mashable, por ser amiga de Travis Kalanick y defenderle y apoyarle públicamente. Huffington se unió a la dirección de Uber en abril de 2016, y en el comunicado en el que anunciaba su incorporación a la empresa, Kalanick hizo referencia a que «desde el principio de nuestra amistad era obvio que cree profundamente en nuestra misión: que el transporte sea tan fiable como el agua corriente, y que esté en todas partes para todos«.

Huffington no ha escondido su apoyo a Kalanick, incluso tras los escándalos que han azotado recientemente a la empresa y que le han llevado a su dimisión como CEO. Incluso le apoyó cuando se hizo público el post en el que Susan Fowler se quejó de la cultura tóxica que imperaba en la compañía. También cuando su equipo robó las grabaciones de una víctima de violación en la India. Esos pueden ser los motivos que han llevado a Bechmark a pedir su salida.

En esta segunda carta, Pishevar acusa a Benchmark de amenazar con bloquear las inversiones en la empresa: «Benchmark ha amenazado con bloquear inversiones que podrían impulsar la posición competitiva de Uber en mercados globales. Para ello, negociaría con los puestos de la junta directiva y usaría su posición de control«. La carta se ha hecho pública un día después de que Benchmark enviase su propio comunicado a los trabajadores de Uber, en la que pretendía explicarles por qué habían decidido demandar a Kalanick. Pishevar también quiere que la inversora deje de interactuar con los empleados de la empresa.

Benchmark acusa a Kalanick de fraude, ya que según ellos ha roto las cláusulas relacionadas con sus tareas fiduciarias y también las de su contrato. Alega además que Kalanick estaba intentando interferir en el nombramiento de un nuevo CEO y de controlar la junta directiva para sus «necesidades egoístas«. Pishevar también ha reprochado esta demanda a Benchmark en otra carta, firmada además de él por varios accionistas más, a la que los representantes del grupo inversor respondieron alegando que no tenían otra opción, sin dar más detalles.

En declaraciones a Recode, un portavoz de Benchmark ha afirmado que «no actuar ahora implicaría apoyar un comportamiento que es completamente inaceptable en cualquier compañía, no digamos en una de la importancia y el tamaño de Uber«.

Mientras, la compañía ha recibido varias ofertas para comprar las acciones que tiene de la empresa. Entre los que quieren quedarse con todas o con una buena parte de ellas hay varios inversores externos, como el Grupo Dragoneer Investment, General Atlantic y SoftBank. Se desconoce si finalmente se llevará a cabo una transacción de este tipo. El propio Pishevar se ha ofrecido a comprar un 75 por ciento de los títulos de Benchmark, pero la inversora no tienen ningún interés en vendérselas a él. Veremos cómo acaba este auténtico culebrón, que lejos de suavizarse se enreda cada vez más.

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