Petro: ¿tiene futuro la cibermoneda de Venezuela?

Aunque, al hablar de cibermonedas, generalmente nos centramos siempre en la primera y más popular de ellas, Bitcoin, lo cierto es que existen otras alternativas a la misma. Aún más, lo cierto es que crear una nueva no es una tarea especialmente compleja. Dicho de otra manera, cualquier persona con el nivel de conocimientos necesarios puede crear su propia ciberdivisa en menos de una hora. Distinto es, claro, que esta tenga éxito o no, algo que depende del respaldo que esta obtenga. No es lo mismo si la crea una persona anónima que un banco o el creador de Forocoches.

Esa es la clave, el soporte que reciba la moneda una vez que ha sido creada. Y esto es lo que nos hace acoger el anuncio, por parte de Nicolas Maduro, de la creación de una nueva cibermoneda, llamada Petro, que en su opinión servirá para sacar al país de la compleja situación económica que está experimentando, debido a las enormes dificultades a las que se enfrenta para obtener financiación internacional. De momento no se han revelado los aspectos técnicos sobre la puesta en marcha de la misma, pero sí que se ha hecho algo nunca visto en las cibermonedas, y es que ésta contará un respaldo basado, según palabras del propio Maduro, «en oro, petróleo, gas y diamantes«. Esto, sin duda, plantea un nuevo modelo, que vendría a combinar lo que ofrece este nuevo tipo de moneda electrónica con un sistema de garantías más tradicional.

No obstante, todavía son bastantes las dudas alrededor de Petro, y no hablamos solo de las relacionadas con la implementación tecnológica de la misma. La clave es si la moneda logrará ganarse la confianza de los mercados internacionales, y de esta manera, obtener esa financiación internacional que tanto está buscando. No obstante la situación es muy compleja, pues debemos recordar que el país se encuentra actualmente en situación de default selectivo (impago a determinados acreedores), así que resulta difícil pensar que vayan a arriesgarse con deuda venezolana, salvo que se establezca algún sistema que, por así decirlo, garantice la garantía, como algún tipo de custodia sobre los bienes que respaldan la moneda, y que garantice a los acreedores que, en caso de necesitarlo, podrán canjear sus petros por la garantía. Sin embargo, esto se complica todavía más si tenemos en cuenta que la economía venezolana ya tiene acreedores internacionales que no han cobrado en tiempo y forma, y que podrían intentar ejercer su derecho de cobro sobre dichos activos.

Ahora, uno de los puntos clave, y que pueden tener un peso determinante en el éxito o fracaso del petro es si la cadena de bloques (blockchain) que registre todas las transacciones efectuadas con esta moneda será público o privado. Y es que la transparencia es un elemento crucial, y si finalmente el ejecutivo venezolano opta por un modelo privado (el acceso al libro no es público), veo bastantes posibilidades de que la cibermoneda venezolana fracase desde el principio. Solo una combinación de absoluta transparencia (con un blockchain público), aval pleno de la moneda por parte de las instituciones nacionales (algo que a día de hoy no ocurre, la Asamblea Nacional no avala el petro) y un sistema de garantías con elementos de custodia (preferentemente internacionales) que garantice a los inversores su inversión, pueden hacer que el gobierno de Maduro logre financiación de cara a un 2018. Un año en en el que el país tendrá que pagar la mayor cantidad de dinero de toda su historia a los acreedores internacionales, tanto por amortización de deuda como por pago de intereses de la misma.

Imagen: Jonathan Alvarez C