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Chevrolet Cruise AV: adiós al volante y los pedales

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GM Chevrolet Cruise AV

De un tiempo a esta parte, han empezado a proliferar las historias sobre niños que, al ver un libro o una revista (de papel, de las de toda la vida), lo primero que hacen es tocar su superficie, intentando reproducir en los mismos el comportamiento de tablets, smartphones y demás dispositivos de pantalla táctil. Y aunque nos resulta gracioso, lo cierto es que dentro de unos cuantos años es posible que veamos otra situación parecida, esta que digo relacionada con los coches. Y es que ya llevamos bastante tiempo, sí, hablando de vehículos autónomos, pero hasta ahora y dado que los sistemas que hemos visto son semiautónomos y/o están todavía en fase de pruebas, todos contaban con lo que cualquier conductor espera encontrarse al sentarse en el asiento delantero izquierdo: el volante, la palanca de cambio y los pedales.

Sin embargo, y en un movimiento singularmente distuptivo, la Agencia Reuters cuenta que General Motors acaba de anunciar su Chevrolet Cruise AV, una variante del Chevrolet Bolt EV que, como se puede ver en la imagen que abre esta noticia, no es solo que vaya a ser un vehículo autónomo, es que además lo será hasta las últimas consecuencias, pues no contará con ninguno de los controles manuales que, a día de hoy, siguen siendo imprescindibles en cualquier vehículo. Y lo más sorprendente es el plazo, puesto que el gigante del motor pretende que ese innovador coche llegue al mercado en algún momento del año que viene, 2019.

Para lograr este objetivo, General Motors ya habría iniciado las gestiones necesarias con el gobierno estadounidense, puesto que varias de sus agencias deberán dar el visto bueno no ya a la tecnología que empleará el coche, sino también a la eliminación de los elementos de control que, en caso de fallo de los sistemas de conducción autónoma, permiten al conductor recuperar el control del vehículo. El objetivo de este vehículo, al menos al principio, es que sea explotado comercialmente, es decir, que se emplee en flotas de servicios de taxi y similares. Además, contará con sistemas de ayuda y asistencia para personas con dificultades de movimiento, visuales y auditivas, lo que lo convierte en una opción muy adecuada para dicho mercado.

Tiene, además, especial sentido dar el primer paso en la eliminación de los elementos de control en vehículos de uso profesional. A estas alturas es, probablemente, demasiado pronto para que la mayoría de los conductores acepten perder todo el control sobre los coches en los que se desplazan y, por lo tanto, dirigir un producto de este tipo al consumidor final sería, probablemente, un fiasco económico y comercial. Sin embargo, emplearlos para este fin sí que permite que podamos empezar a verlos en calles y carreteras, y que por lo tanto se «normalicen», de cara a su posterior comercialización, esta vez sí, dirigidos al mercado doméstico.

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