Las medidas de Trump están perjudicando a los gigantes estadounidenses

Donald Trump se ha embarcado en una guerra comercial con China que no sólo está generando fuertes tensiones, sino que además está perjudicando a las grandes tecnológicas de Estados Unidos, un tema sobre el que ya hablamos en su momento cuando tocamos el caso ZTE.

La prohibición a ZTE de comprar productos tecnológicos a empresas estadounidenses suponía la pérdida de un cliente muy importante para diversas empresas estadounidenses, incluidas algunas del calibre del Qualcomm, una realidad que se dejó notar en la caída en bolsa que sufrieron dichas empresas cuando se anunció el bloqueo y cuando se volvió a cuestionar el levantamiento del mismo.

El caso es que el problema para Trump va más allá del caso ZTE, ya que sus medidas de endurecimiento de aranceles y la respuesta del ejecutivo chino ha generado un clima de inseguridad que ha afectado a empresas como Intel, NVIDIA y Micron, que experimentaron una caída de un 4% el pasado lunes, una cifra que representa su mayor bajada en 24 horas desde el pasado mes de abril.

«Las guerras comerciales no van a ser buenas para los semiconductores».

Stacy Rasgon, analista de Bernstein Stacy Rasgon, tiene claro que esta guerra comercial le puede acabar saliendo muy cara a las grandes empresas del mundo de los semiconductores y tiene mucha razón, ya que buena parte de las empresas chinas dedicadas al sector tecnológico importan semiconductores a empresas estadounidenses, un hecho que ha generado una relación de dependencia entre Estados Unidos y China mayor de lo que el propio Trump parece dispuesto a asumir.

La cadena de suministros y de producción es muy compleja y esta noticia es un claro ejemplo de ello. El presidente de Estados Unidos hizo una aproximación contenida en su endurecimiento de aranceles a determinadas importaciones de productos chinos, ya que dejó fuera productos como los televisores y los smartphones, pero las consecuencias ya empiezan a ser visibles y ninguno de los dos países parece dispuesto a dejar de tensar la cuerda. ¿Llegará a romperse? Es poco probable, ya que si eso ocurriera las consecuencias para las economías de ambos países podrían ser devastadoras.