El Responsable de estrategia de Intel, a punto de dejar la compañía

Siguen las salidas de primer nivel de Intel. En este caso, según Reuters, es su Responsable de estrategia, Safroadu Yeboah-Amankwah, el que va a dejar hoy mismo la compañía. Desde la propia Intel han confirmado la noticia, agradeciendo a Saf su contribución al avance de la empresa mientras ha ocupado su cargo, y deseándole lo mejor en el futuro.

Yeboah-Amankwah ha sido el máximo responsable de estrategia de Intel desde 2020, y a lo largo del tiempo que ha permanecido en el puesto se ha encargado, entre otras cosas, de la supervisión de distintas iniciativas de crecimiento, así como de los acuerdos estratégicos y las inversiones de capital de Intel.

Las tareas estratégicas de Yeboah-Amankwah quedarán repartidas desde ahora en varias personas. De una parte se encargará Sachin Katti, que hace poco ascendió a Responsable tecnológico y de IA de la compañía. La división de inversiones de la empresa, Intel Capital, informará desde ahora de sus actividades y operaciones al CEO, Lip-Bu Tan, que a su vez es un inversor con bastante actividad en el sector tecnológico, y además fundó la compañía inversoras Walden International, con sede en San Francisco, en 1987.

Desde que fue nombrado hace unos meses CEO de Intel, Tan ha eliminado distintos puestos directivos de la empresa, horizontalizándola. También se ha hecho cargo de la supervisión de su división de centros de datos y chips para IA, además de la de su grupo de chips de ordenadores personales. También ha confirmado el cierre de su división de automoción, la externalización de su área de marketing, y ha nombrado diversos responsables para equipos de ingeniería.

No obstante, la eliminación de puestos intermedios ha desembocado en despidos, que también se han extendido al resto de la plantilla, con miles de salidas en prácticamente todos los grupos y áreas de Intel que no están considerados como clave para su crecimiento y recuperación. Todo para revertir la situación de Intel, que en su año fiscal 2024 cerró con unas pérdidas de 18.800 millones de dólares, las primeras registradas desde 1986.