Mientras tanto, no son pocos los grupos y empresas estadounidenses que han manifestado que la guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China les está pasando factura, y que puede que se vean obligados a trasladar a los consumidores todo o una parte del impacto económico que les va a ocasionar los aranceles. Al menos hasta que mejore una situación que lleva varios meses encallada y que no parece que vaya a desbloquearse a corto plazo.