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Sector tecnológico: ¿a favor o en contra del Brexit?

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Brexit

Si hay un asunto que, de una u otra manera nos puede afectar a todos, es el Brexit, el referendum que se está celebrando en Reino Unido para decidir si permanecen en la Unión Europea o, por el contrario, optan por abandonar el barco. Y dado lo ajustado de los sondeos publicados hasta ahora, así como la poca fiabilidad de los mismos, no sabemos qué nos espera en lo que se refiere al resultado. Y precisamente por eso, las cabezas de los analistas echan humo, intentando determinar todos los escenarios posibles ante un hipotético triunfo del no a la permanencia en la Unión. Ayer te hablábamos de las consecuencias que puede tener el Brexit para el comercio electrónico español y hoy fijamos nuestra atención en un artículo de The Wall Street Journal, en el que el diario indaga en los intereses de las grandes tecnológicas en este «conflicto».

Y la conclusión es que, aunque hay casos y casos, en general la preferencia de los gigantes norteamericanos ante el Brexit es que triunfe el no, es decir, que Reino Unido permanezca en la Unión Europea. La razón es muy sencilla: consideran que los británicos son los más proclives a relajar las normas a las que el conjunto de la Unión quiere que se sometan las empresas norteamericanas al «saltar» a Europa. Es sabido que el marco regulatorio europeo es más estricto que el estadounidense, y que en opinión de los norteamericanos eso se debe, principalmente, a Francia y a Alemania. Así, en su opinión, la permanencia de Reino Unido en las instituciones europeas sirve para compensar un poco la «severidad» del eje París-Berlín.

Y es que, aunque las posiciones más liberales (en la acepción de menos dadas a las regulaciones) no son patrimonio exclusivo de Reino Unido, sí que es cierto que a día de hoy, la de UK es la economía más fuerte de la Unión partidaria del acercamiento de los estándares europeos a los estadounidenses, y no a la inversa. Por lo tanto, un hipotético éxito del Brexit dejaría por ejemplo a los países nórdicos en una posición de manos fuerza a la hora de defender sus posiciones. Es cierto que las negociaciones del TTIP pueden marcar una gran diferencia al respecto, y que conflictos como la reciente «caída» de Safe Harbour ya han servido para acercar posturas entre ambas orillas del Atlántico Norte, pero todavía queda mucho camino por recorrer hasta encontrar un punto de acuerdo.

La única contrapartida sería, sin duda, la mejora de sus condiciones para operar en Reino Unido. La salida de UK de la unión supondría el final de aplicación en la isla de numerosas regulaciones europeas que «dificultan» las operaciones de las norteamericanas. Así, en compensación a la pérdida de su apoyo en las instituciones europeas, encontrarían en UK un mercado mucho más proclive a aceptar las condiciones de juego marcadas por Washington.

 

Imagen: Jeff Djevdet

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