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GM compra una compañía de sensores LiDAR para avanzar en conducción autónoma

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La carrera por el coche autónomo está acelerando a pasos agigantados. No solo las tecnológicas están en ella sino también los fabricantes de coches convencionales, que en muchos casos tiran de chequera y compran startups dedicadas a tecnologías que necesitan pero no pueden desarrollar internamente. Es lo que acaba de hacer General Motors con Strobe, una pequeña empresa de Pasadena (California), encargada del desarrollo de sensores LiDAR. Este tipo de dispositivos se integran en los coches inteligentes y autónomos y son los encargados de detectar los objetos que se encuentran alrededor del vehículo.

Los sensores que fabrica Strobe, según Forbes, son mucho más económicos que los que en la actualidad están disponibles para su integración en vehículos inteligentes o sin conductor. También son mucho más pequeños. Y gracias a ellos, este fabricante de coches podrá reducir el coste de sus sistemas de visión basada en láser, además de mejorar su eficacia. A partir de ahora, sus 11 empleados pasarán a trabajar para la filial de conducción autónoma de General Motors, Cruise Automation, con sede en San Francisco.

Se desconoce cuánto ha pagado General Motors por la empresa. Tampoco hay mucha más información sobre el desarrollo y los detalles de la operación. Tan sólo se sabe lo que ha comentado el CEO de Cruise Automation, Kyle Vogt, sobre los avances que les aportará Strobe: «la nueva tecnología LiDAR de estalado de chips de Strobe mejorará significativamente las posibilidades de nuestros coches autónomos. Pero puede que, y esto es más importante, logrando condensar todo el sensor en un único chip, consigamos reducir los costes de cada LiDAR de nuestros coches autónomos en un 99%«. La compra de Strobe «es un paso notable, porque los sensores LiDAR han sido tradicionalmente un cuello de botella para el desarrollo de coches a gran escala. Son caros y grandes, y tienen muchas partes mecánicas móviles. Las soluciones actuales carecen del rendimiento necesario para hacer posible la conducción autónoma a mayor velocidad y en entornos más complicados«.

Los coches autónomos precisan la inteligencia artificial, así como mucha potencia de computación para comprender tanto las condiciones de la carretera como los alrededores de la misma. Además, como los humanos, estos vehículos también tienen que se capaces de «ver». Para ello utilizan cámaras y radares, que en muchos casos ya llevan vehículos con conductor de gamas media y alta convencionales, y que se encargan de avisar a los conductores de la presencia de obstáculos y viandantes.

Los sensores LiDAR van un paso más allá, ya que son capaces de «ver» en casi cualquier condición de iluminación. Con ellos tampoco importa qué tiempo hace, ya que con los sensores LiDAR se puede ver incluso con baja visibilidad cuando hay, por ejemplo, niebla. En la actualidad son bastante caros, con precios que varían entre algunos miles de dólares a varias decenas de miles. Y con los nuevos sensores que fabrica Strobe, su precio caería drásticamente.

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