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Daimler no ve rentable el negocio de los taxis autónomos, es un desafío demasiado grande

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El desarrollo de taxis autónomos ha sido uno de los proyectos más interesantes y más atractivos que ha afrontado hasta el momento el sector del automóvil. Es comprensible, ya que la automatización de este tipo de vehículos permite eliminar la figura del conductor, y con ello se quita de la ecuación uno de los costes más importantes del sector: el salario de los conductores.

La idea es sencilla sobre el papel. Crear una flota de taxis autónomos que pueden recoger a clientes y llevarlos de un punto «A» a un punto «B», y que estén equipados con diferentes opciones de pago para facilitar las cosas al usuario. Para evitar que se produzcan impagos sería posible establecer, por ejemplo, tarifas fijas que se paguen antes de iniciar el viaje. Así, si el cliente no paga, no se inicia el recorrido.

Suena bien y como dijimos parece fácil, pero detrás de todo esto tiene que haber un respaldo tecnológico importante, y es ahí donde se encuentra el gran desafío que, según Ola Kaellenius, CEO de Daimler, les ha obligado a reducir las expectativas que tenían sobre el negocio centrado en la creación de flotas de transporte con sistemas de conducción autónomas.

No es difícil de entender. Como hemos comentado el desarrollo de coches autónomos que sean capaces de recorrer zonas urbanas con grandes cantidades de tráfico, obstáculos continuos y dispares y el tránsito constante de peatones sin la figura del conductor representa un reto tan grande que los ingenieros de Daimler lo han calificado como el mayor desafío al que se han enfrentado hasta el momento.

Empresas como Tesla, que lleva mucho tiempo trabajando en mejorar su sistema de conducción autónoma AutoPilot, han logrado avances importantes, pero al mismo tiempo los problemas que ha dado dicho sistema han confirmado que todavía tenemos mucho camino por delante hasta que podamos llegar a lanzar un coche con un grado 4 de conducción autónoma.

Como sabrán muchos de nuestros lectores los grados de conducción autónoma representan el nivel de independencia del coche. Actualmente nos encontramos en el grado 3, es decir, los coches integran sistemas que permiten una conducción autónoma limitada, en la que la figura del conductor debe estar siempre presente y listo para tomar el control del coche cuando sea necesario. Al pasar al grado cuatro se producirá una automatización completa, y con el grado cinco se eliminará por completo la figura del conductor y todos los instrumentos asociados a su posición.

Ola Kaellenius lo tiene claro, se han dado de bruces con la realidad, y por ello han decidido replantearse sus objetivos de negocio asociados a la conducción autónoma. En este sentido han realizado un comentario interesante, y es que puede que no sea viable en el desarrollo de flotas de taxis autónomos, pero que sí se pueda aplicar en camiones dedicados a largas distancias.

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