Los switches para centros de datos: las próximas víctimas de la escasez de chips

La crisis que está provocando la escasez de chips, lejos de aminorarse (hay quien, como la CEO de AMD, apunta incluso a que puede que no empiece a aflojar hasta finales del año que viene), va a seguir cobrándose víctimas después de causar estragos en la industria automovilística y hacer que los pedidos de compra de cada vez más equipos de tecnología tengan retrasos. La próxima puede que sean los switches de centros de datos.

Las empresas que quieran comprarlos se van a tener que enfrentar a tiempos de entrega más dilatados y a faltas de stock durante lo que queda de este año y el siguiente. Mientras, su demanda, según aseguran desde el Grupo Dell’Oro, no deja de subir. El responsable del equipo de su área de investigación en centros de datos, Sameh Boujelbene, apunta a que uno de los avisos de que esto puede pasar fue el anuncio de Broadcom, hace unos meses, de que el 90% de su producción total de chips para 2021 ya estaba comprometido en marzo.

Esto, por tanto, no es solo resultado de escasez de materiales que pueden haber afectado al mercado de semiconductores en su conjunto, sino también de comportamientos humanos que aparecieron en respuesta a la crisis, y que tienen que ver con el acaparamiento. Según Boujelbene, tanto en el caso de las empresas pequeñas como de las grandes en pleno desarrollo de capacidad, los tomadores de decisiones de TI tienden a apresurarse a realizar reservas y compras por adelantado allí donde aparecen titulares sobre escasez, y Dell’Oro prevé por eso que en este caso, el problema llegará en 2022.

Antes de la crisis, la media de entrega de switches para centros de datos estaba entre cuatro y ocho semanas, y ahora es prácticamente el doble. Esto implica que sobre todo los clientes de empresa podrían tener que esperar durante varios meses el equipamiento nuevo que han encargado. Incluso los proveedores de servicios cloud podrían tener que enfrentarse a retrasos más que notables.

Sobre esto, Boujelbene señala que «es un problema que afecta a todo el sector. No hay una sola razón por la que se ha dado esta crisis, La demanda viene de los fabricantes de automóviles, y por parte del sector de las redes, ZTE y Huawei se dedicaron a acaparar chips antes de que entrasen en vigor las sanciones de Estados Unidos contra ellas«. Además, apunta que el suministro sigue bajando y la demanda en aumento, y que se cree que las cosas empeorarán incluso hasta finales de año, sin que haya consenso sobre cuándo empezarán a mejorar. Por otro lado, subraya que aunque el acaparado de chips comenzó el año pasado, es probable que siga teniendo un efecto grave en la cadena de suministro durante varios años.

En particular, la escasez de chips WLAN es probable que sea particularmente grave, mientras que los switches principales pueden verse algo menos afectados. Pero son previsiones inciertas, porque la demanda de equipos puede seguir creciendo.