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FIFA: El negocio de los títulos anuales de Electronic Arts

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FIFA El negocio de los títulos anuales de Electronic Arts

Aunque hay otros títulos con lanzamientos anuales, la franquicia deportiva por excelencia en España es FIFA, saga de Electronic Arts que tiene una entrega anual que sale al mercado todos los meses de septiembre, coincidiendo con el inicio de la Liga española.

Todos los años, y ya van más de 22 temporadas, hay una nueva entrega del juego, sin ofrecer grandes novedades; solamente ajustes en jugabilidad y gráficos, en la mayoría de las ocasiones. Entonces, ¿cómo puede ser un éxito de ventas un producto prácticamente igual al del año anterior?

Electronic Arts es una de las grandes empresas del sector de los videojuegos, un mercado que mueve increíbles cifras tanto en costes de producción como en ventas, donde en España los videojuegos a lo largo del año 2015 facturaron más de 1.083 millones de euros. Pero, ¿hay alguna justificación para que las compañías comercialicen un videojuego ligeramente mejorado al del año pasado y lo vendan por 70 euros la unidad?

Sea o no recriminable el hecho de que Electronic Arts establezca ese precio por un juego cuya base principal ya está realizada y que sólo se actualizan las plantillas de los equipos, se mejoran los rostros de los jugadores novedosos y se perfilan aspectos gráficos, la realidad es que la multinacional estadounidense ha logrado establecer un grupo de entregados usuarios que comprarán el nuevo videojuego aunque tengan los anteriores ya en sus casas.

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Ante esto, desde Electronic Arts aseguran todos los años que sus novedades son suficientes como para justificar su compra, aunque en esencia muchos usuarios no sean de la misma opinión. De esta forma, Andrew Wilson, actual CEO de Electronic Arts y anterior máximo responsable de la división EA Sports, aseguró en una recunión de accionistas sobre los resultados económicos de la compañía celebrada recientemente que «El nuevo FIFA aportará un enorme salto en cuestiones de personalización, inmersión y la competición». Sea o no cierto finalmente ese «enorme salto» prometido, lo que es irrebatible es que la franquicia FIFA ha tenido en esencia muy pocos cambios y mejoras que justificasen realmente la compra de una nueva entrega con el inicio de la nueva temporada de fútbol en España.

Tras 23 años seguidos sacando un juego nuevo, y los que quedan, Electronic Arts ha aportado pocas novedades desde aquella primera entrega que vio la luz a finales del año 1993, el FIFA 94, cuando fue el primer videojuego futbolístico en contar con la licencia oficial de la FIFA. Después, no fue hasta el FIFA 96 cuando se cambió a un motor gráfico 3D con la llegada de la primera PlayStation.

Posteriormente, el FIFA 98 aportaba mejoras como comentarios en castellano; pero bautizó una vertiente comercial desconocida hasta el momento: la entrega especial por la celebración del Mundial de Fútbol. Así, el juego centrado en la Copa del Mundo de 1998 no aportaba nada diferente, solamente jugar con selecciones e intentar conquistarla con una selección. Una jugada redonda en términos comerciales que siguieron explotando en los años siguientes.

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A continuación, no hubo otro gran salto apreciable hasta que el FIFA 2002 llegaba a la generación de los 128 bits, liderada por Playstation 2, y que permitía con más opciones la personalización de los jugadores y de los equipos, pero también a nivel de jugabilidad.

Curiosamente, tuvo que llegar la nueva generación, con Xbox 360 y PlayStation 3, para que EA Sports (filial de Electronic Arts encargada de los juegos deportivos) mostrase sus credenciales para recuperar el trono perdido en favor de la saga Pro Evolution Soccer de Konami, de la mano de un nuevo motor, el Impact Engine, que mejoró enormemente las físicas y el realismo de los movimientos de los futbolistas. Diez años sin aportar grandes novedades, pero con títulos que salían al mismo precio que juegos recreados desde cero. Además, este FIFA 12 fue el primero en apostar fuerte por el modo online, una vía exprimida totalmente por la compañía norteamericana, gracias a modos de juego como el Ultimate Team, introducido en entregas posteriores.

Finalmente, el FIFA 16 por fin introdujo otra gran novedad, que no afectaba al resto del juego pero que ponía fin a una petición solicitada por millones de usuarios de todo el mundo: la inclusión en el juego del fútbol femenino. Aunque solamente sean doce selecciones nacionales, y sin posibilidad de mezclarlas con los equipos masculinos o utilizarlas en ligas o torneos online, este avance significó un golpe de efecto que creó un antes y un después en la desgastada (pero económicamente indiscutible) franquicia anual deportiva.

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Sin embargo, Electronic Arts está empezando a notar el desgaste del mercado de los videojuegos en este aspecto, dado que aunque sigue siendo muy rentable, la franquicia FIFA ya no vende tantas unidades como en años anteriores. Así pues, FIFA 16 comercializó el pasado otoño menos copias que su anterior entrega, con una caída de las ventas de un 7% en la semana de su lanzamiento en el mercado británico, a pesar de que su demo gratuita fue descargada en 6,4 millones de ocasiones por los usuarios.

Así las cosas, ya vaticinó la propia revista Forbes que Electornic Arts iba a sufrir un descenso de sus ventas de la franquicia FIFA, aduciendo a que «sus ventas son cíclicas», es decir, que los usuarios compran más juegos cuando se trata de un año en el que se va a celebrar una Eurocopa o un Mundial de Fútbol.

A pesar de esto último, FIFA 16 siguió siendo la cabeza de las listas de ventas en todas las plataformas de videojuegos en la que se comercializó, porque aunque muchos jugadores quieran probar algo nuevo, siempre habrá legiones de fans que exijan su entrega anual, y paguen sus 70 euros por un producto mejorado levemente, porque es humana y materialmente imposible añadir novedades sustanciales de un año para otro. Y Electronic Arts no cambiará el negocio mientras la gallina de los huevos de oro siga dando rendimiento, donde tienen otras vías para incentivar la compra, como es cerrar los servidores online de las anteriores entregas, para ‘obligar’ a los usuarios a actualizarse.

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