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Estados Unidos y China se enzarzan en una guerra comercial sin cuartel

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Estados Unidos y China

Esta semana, Estados Unidos imponía una fuerte sanción a la segunda compañía de telecomunicaciones china, ZTE, por incumplir unos acuerdos a los que llegó con Estados Unidos después de declararse culpable de incumplir las sanciones de Estados Unidos a Irán. Esto, que puede parecer un asunto aislado, no lo es tanto si se tiene en cuenta las medidas que la Administración Trump está tomando contra otras empresas chinas, cono Huawei. En este caso, directamente, el Gobierno ha presionado con bastante firmeza a las operadoras de telecomunicaciones estadounidenses, como Verizon y AT&T, para que no distribuyan sus smartphones ni usen su equipamiento de red.

Esto también ha desembocado en que cadenas como Best Buy dejen de vender móviles de Huawei. Y también ha llevado a que la compañía tenga que despedir a parte de su personal en el país. Paralelamente, Trump ha bloqueado la compra de Qualcomm por parte de Broadcom. Tanto en este caso como en el de Huawei, EEUU alega motivos de seguridad nacional para tomar este tipo de decisiones. Como parece lógico, China ha amenazado a Estados Unidos con hacer lo mismo con sus productos, mientras busca aliados

Paralelamente, en Estados Unidos están tomando otras medidas encaminadas a reducir la presencia de inversiones chinas en empresas estadounidenses. También amenazan con fuertes aranceles a muchos de sus productos. Y como es lógico en China no se van a quedar quietos. El gobierno del país amenaza con imponer también aranceles a determinados productos estadounidenses, mientras busca aliados en otros países.

Estados Unidos y China, decididas a proteger sus tecnologías

Para el gobierno estadounidense es fundamental proteger su tecnología, de la que los chips de Qualcomm son un ejemplo, además de recortar el crecimiento de su déficit comercial. Como consecuencia, el sector tecnológico se ha convertido en una de las puntas de lanza en la batalla económica y comercial entre EEUU y China.

Mientras, según Reuters, el Presidente Trump ha acusado a las empresas chinas de haber estado robando su propiedad intelectual durante años, Washington ha profundizado el escrutinio de las inversiones chinas en Estados Unidos. A raíz de esto, el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), ha bloqueado varias operaciones de compra de empresas estadounidenses por parte de empresas chinas, como la de Qualcomm por parte de Broadcom que mencionamos.

En cuanto a China, está tomando medidas para acelerar el desarrollo de sus propios componentes y no depender así de la tecnología estadounidense. Así, la compañía quiere acelerar su mercado de desarrollo de semiconductores, para lo que varios funcionarios de alto rango del gobierno chino se han reunido ya con varias empresas y legisladores para poner en marcha o acelerar planes para el despegue del sector. El desarrollo del mercado de semiconductores local es una de las principales prioridades del plan de la estrategia «Made in China 2025», puesta en marcha por el gobierno chino para reducir la dependencia de tecnologías extranjeras.

Esto daría fuerza a varias compañías locales, entre las que están el Grupo Tsinghua o Huawei, que contarán con más apoyo para cumplir los objetivos del plan, que pasan por tener chips fabricados en China en el 40% de los smartphones de su mercado doméstico para 2025.

Guerra de aranceles

Además de estas medidas, en Estados Unidos han tomado la decisión de imponer tasas a diversos productos importados de China. En un primer momento, a principios de abril, se anunciaron unos aranceles de un 25% a productos tecnológicos y médicos, así como a medios de transporte fabricados en China, hasta un total de 50.000 millones de dólares.

China contraatacó a las pocas horas con unas tasas de parecida cuantía a productos como la soja, los coches y la carne de vaca, así como a los coches y aviones comprados en Estados Unidos, hasta llegar a los 50.000 millones de dólares. Trump anunció entonces más aranceles sobre otros productos chinos por otros 100.000 millones de dólares. Mientras tanto, el Embajador de China en Estaos Unidos, Cui Tiankai, ha anunciado que China tomará más medidas si sigue EEUU sigue aumentando la tensión con esta guerra comercial.

Restricciones a las inversiones chinas en Estados Unidos

Mientras, en Estados Unidos no pierden el tiempo para tomar más medidas. El Tesoro de Estados Unidos está sopesando qué puede hacer para restringir inversiones chinas en sectores y empresas de cierta relevancia en Estados Unidos. Para ello no han dudado en apoyarse en una ley de poderes económicos de emergencia de 1977, además de estar valorando la reforma de las revisiones en materia de seguridad de adquisiciones de empresas.

Los esfuerzos que se están haciendo en esa dirección se están valorando como parte de las medidas de protección de propiedad intelectual catalogadas como «Sección 301», un paquete que incluye restricciones específicas para China. Al parecer, entre las motivaciones que tiene el gobierno estadounidense para iniciar estas medidas está presionar al país para que levante los requisitos vigentes en su territorio para las empresas extranjeras, a las que obligan a formar empresas conjuntas con compañías locales para poder operar en el país. Esto conduce a transferencias de tecnología, una política que la Administración Trump considera injusta, ya que ellos no les ponen esas trabas a las empresas chinas que van a Estados Unidos.

China y EEUU buscan aliados en Europa y Japón

Al hilo de estos acontecimientos, una representación del área de comercio internacional de China ha mantenido reuniones con varios embajadores de los principales países europeos a lo largo de los últimos días para pedirles hacer frente juntos al proteccionismo demostrado por la Administración Trump. Las autoridades europeas han achacado estos encuentros a que en el país están bastante nerviosos ante la escalada de los acontecimientos.

Durante el jueves y el viernes de la pasada semana, el Viceministro chino Fu Ziying se reunión con embajadores de Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, además de con el de la Unión Europea. El mensaje que les transmitió a todo ellos fue que China desea que se mantengan todos unidos frente al proteccionismo de EEUU para intentar defender el libre comercio.

Al parecer, en Europa no quieren tomar partido por ningún lado de la guerra comercial entre ambos países. Aparte de en Europa, China también está buscando aliados en Japón, país al que solicitan que se oponga al proteccionismo. Mientras, en EEUU, varios grupos de negocios apuestan porque Trump ponga en marcha una coalición con la UE y Japón, entre otros países de occidente, para forzar a China a que abra su economía. Se desconoce si encontrará aliados en estos países. Sobre todo en Europa, dado que EEUU también ha impuesto aranceles a las exportaciones europeas de acero y aluminio al país.

Mientras tanto, la escalada de tensiones entre EEUU y China no para de sucederse. Veremos a dónde llevan y cuando terminan, aunque es poco probable que las aguas se tranquilicen a corto plazo. Mientras, las empresas de uno y otro lado que consiguen una buena parte de sus ingresos gracias a las exportaciones a una u otra nación, no tardarán en sufrir las consecuencias.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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