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Europa tiene una cuenta pendiente con la industria del coche eléctrico: los cargadores

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La industria del coche eléctrico ha experimentado un desarrollo enorme durante los últimos años y se encuentra, ahora mismo, en una posición muy buena. Es cierto que todavía falta mucho para que este tipo de automóviles desplacen por completo a los coches basados en combustibles fósiles, pero han pasado de ser una promesa a convertirse en una alternativa real, y tienen cada vez más tirón entre los consumidores.

No hablamos sin motivo. El fuerte impulso que han experimentado las ventas de coches eléctricos en Europa es un claro síntoma del creciente peso que tienen en el mercado de consumo general. Entre las principales motivaciones que tienen los consumidores a la hora de apostar por el coche eléctrico destacan, como no, las preocupaciones por el cuidado y el respeto del medio ambiente, y también influye el tema de los costes asociados al mantenimiento y al mero uso de este tipo de vehículos, es decir, la idea de invertir para ahorrar a medio y largo plazo mientras cuidas, además, del medio ambiente.

Sin embargo, esos valores se ven lastrados por una clara falta de apoyo por parte de Europa al coche eléctrico. Según nos cuentan desde Reuters, el viejo continente no ha sabido responder al creciente auge de los coches eléctricos, y esto ha dado forma a una infraestructura deficiente que podría acabar afectando negativamente a las ventas de futuros coches eléctricos.

Las ventas de coches híbridos y totalmente eléctricos en Europa y en Gran Bretaña alcanzaron las 458.915 unidades el pasado año, una cifra que representa un aumento del 110% frente a los valores de 2017, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Es un aumento enorme, pero no estuvo acompañado de un aumento equivalente del número de puntos de recarga, que apenas aumentó en un 58% durante el mismo periodo, lo que nos deja unos 200.000 cargadores más.

El director general de ACEA, Eric-Mark Huitema, dijo en un comunicado:

«Esto es potencialmente muy peligroso, ya que pronto podríamos llegar a un punto en el que el crecimiento de la absorción de vehículos eléctricos se detenga si los consumidores concluyen que simplemente no hay suficientes puntos de carga, o que tienen que hacer cola demasiado tiempo para acceder a un cargador rápido».

La conclusión es clara, es necesario impulsar la creación de un mayor número de puntos de recarga para mantener el interés y la viabilidad de la estandarización, a largo plazo, del coche eléctrico. Ahora mismo una de las mayores preocupaciones que afronta el consumidor a la hora de comprar un coche de este tipo es precisamente ese, el temor a no disponer de suficientes cargadores eléctricos en su zona para poder hacer un uso óptimo y cómodo de un coche eléctrico.

Se espera que para 2025 hayan en Europa unos 13 millones de coches con motores híbridos y eléctricos, y para ofrecer un buen servicio será necesario instalar alrededor de un millón más de estaciones públicas de recarga

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