A Fondo
Las grandes tecnológicas se asoman a la banca

Las grandes de la tecnología abarcan cada vez más sectores. Atrás quedaron sus esfuerzos por centrarse únicamente en temas relacionados con Internet, el software o el hardware. De un tiempo a esta parte han comenzado a invadir cada vez más sectores, entre recelos de los actores tradicionales de cada uno. Por ejemplo, el de la automoción o el de la salud. Pero también, en un movimiento que despierta no pocas desconfianzas, el de la banca.
Con pasos que van desde crear apps para pagos hasta la puesta en marcha de criptomonedas, pasando por las tarjetas de pagos o la creación de cuentas corrientes, las tecnológicas poco a poco le comen terreno a los bancos, que se unen a las autoridades en mostrar todo tipo de recelos al respecto. No obstante, muchos saben que esta oleada de tecnológicas asomándose al mundo de la banca es imparable, y ya desde hace un par de años muchos, como el ex presidente del BBVA, Francisco González, lo tiene muy claro: las tecnológicas competirán con la banca en el futuro.
Google en banca: cuentas corrientes y Google Pay
La última tecnológica en dar un paso más decidido hacia operaciones más reservadas a la banca tradicional ha sido Google, que esta misma semana ha anunciado que comenzará a ofrecer cuentas corrientes a través de su sistemas de pago Google Pay desde 2020. Eso sí, con el respaldo de bancos como Citigroup o una cooperativa de crédito de la Universidad de Stanford.
Previamente, Google lanzó diversas soluciones de pagos, como Google Wallet o Android Pay, para pagos desde el smartphone en determinadas situaciones. El pasado mes de febrero, los de Mountain View decidieron fusionar ambas para crear Google Pay, que funciona como una solución de pagos desde dispositivos móviles con la que pagar en cada vez más puntos de venta. Con este sistema, los clientes de Google pueden guardar datos de sus tarjetas de crédito o débito en una especie de monedero virtual en la app. Después, con ella, se pueden hacer pagos online, o a través de la app en tiendas físicas que trabajen con Google Pay.
Poco a poco, Google consigue atraer a más negocios y tipos de empresa a Google Pay, y sus integraciones con otras aplicaciones van mejorando. Así, en varias países ya se pueden pagar desde billetes de avión hasta entradas para diversos espectáculos. Las negociaciones con otras aplicaciones y servicios para mejorar las capacidades de Google Pay siguen progresando, y mientras, la compañía ha logrado la autorización para operar en Europa con dinero virtual.
Con este paso, Google está preparada para competir con la banca en Europa, al menos en el mundo digital. Lituania ha sido el país que le ha proporcionado la licencia, que le permitiría operar como una fintech en todos los territorios de la Unión Europea. Entre otras operaciones, esta licencia permite a la compañía procesar pagos, emitir dinero electrónico, operar con él y gestionar monederos virtuales. También podrá transferir fondos y almacenarlos. Lo que no puede hacer en Europa, al menos de momento, es crear cuentas para depósitos y ofrecer créditos de consumo o hipotecarios.
Facebook: pagos, criptomonedas y dinero virtual
Google no es la única grande de la tecnología que cuenta con licencia para operar con dinero virtual en Europa. También la tiene Facebook desde el año 2016, lo que da una idea de que en el futuro apuesta por funcionar también en el continente como fintech. Pero después de explorar desde hace tiempo un sistema de pagos a través de aplicaciones de mensajería como Whatsapp y Messenger, la compañía parece muchísimo más interesada en las criptomonedas, lo que ha puesto de manifiesto con el anuncio hace unos meses del futuro lanzamiento de su propia moneda digital: Libra.
A pesar de que esta criptomoneda estará respaldada por diversas entidades y empresas a través de la Asociación Libra, y de que los directivos del proyecto han asegurado que Facebook no tendrá el control de la moneda ni de los datos de los que la utilicen para realizar transacciones, sino que serán los miembros de la asociación mencionada los que tomen todas las decisiones con respecto a ella, la noticia de su próximo lanzamiento ha disparado las alarmas en diversos países, sobre todo europeos.
Francia y Alemania han sido quizá los que más oposición han mostrado a su lanzamiento. Incluso han llegado a asegurar que tratarán de bloquearla, aparte de asegurar que Libra es una amenaza para la soberanía monetaria europea. También han apostado por regular las criptomonedas y han lanzado un guante a la UE: crear una moneda digital para la Unión con la que contrarrestar a Libra. Mientras, Facebook asegura que no lanzará Libra hasta que no se hayan disipado todas las dudas en torno a ella, e incluso propone usar monedas reales para respaldarla. Veremos cómo acaba la cosa.
Amazon también avanza hacia la banca
Poco a poco, y casi sin hacer ruido, Amazon sigue también la senda de la banca digital. Hace ya años que comenzaron las especulaciones en torno a las operaciones de la compañía en el campo de los pagos online. Al igual que Google y Facebook, la compañía también cuenta con una licencia en Europa para operar con dinero virtual. Además, hace ya un par de años que se especula con que los de Seattle quieren ofrecer a sus clientes cuenta bancarias (Google ya se les ha adelantado, como hemos visto).
Lo que si tiene en marcha ya desde hace un tiempo este gigante tecnológico es su propia plataforma de pagos, llamada sencillamente Amazon Pay, que llegó hace apenas un par de años a España. Muchos lo ven como un banco en la sombra de Amazon, pero lo que realmente permite esta plataforma es hacer pagos en multitud de tiendas y servicios de venta online a partir de la información bancaria que los clientes de Amazon tienen registrado. Pagar mediante esta plataforma es tan sencillo como introducir como datos de pago su nombre de usuario en Amazon y su contraseña.
Amazon también ha puesto en marcha un servicio que permite a sus clientes añadir saldo a una cuenta en Amazon, desde tiendas físicas que participen en el programa, para comprar sin tarjeta de crédito: Amazon Cash. Por el momento solo funciona en algunos países. Además, desde 2011 tiene un servicio de crédito en su portal a pymes de Estados Unidos, Reino Unido y Japón: Amazon Lending. Eso lo consigue gracias a una alianza con Bank of America, para cantidades de entre 1.000 y 750.000 dólares.
Por ahora estos son los pasos que ha dado la compañía para avanzar en el sector de la banca, pero a prácticamente nadie le quedan dudas de que en el futuro será uno de los principales actores del mundo de la tecnología en hacer competencia a los bancos de toda la vida.
Apple y su tarjeta de débito
A este interés por el mundo de la banca no podía faltar Apple, que hace apenas unos meses que ha entrado de lleno en el mundo de los servicios financieros para sus clientes con el lanzamiento de una tarjeta de débito de nombre Apple Card. Se trata de una tarjeta, para cuyo lanzamiento Apple se ha aliado con Goldman Sachs, perfectamente integrada con el ecosistema de productos Apple, con la que sus propietarios pueden pagar en tiendas físicas. Eso sí, está asociada a un iPhone, lo que la limita bastante.
Cada pago que se haga con ella tendrá que autorizarse mediante un sistema de reconocimiento en el terminal, ya sea de la huella dactilar o del rostro. Y además, utilizar la tarjeta tiene ciertos beneficios, ya que los clientes reciben la devolución de un porcentaje de la cantidad que han pagado. En función del tipo de compra que hayan realizado, oscila entre el 1% y el 3%.
La privacidad es tan importante para Apple en cuanto a la Apple Card como con el resto de sus productos, algo que despeja las dudas que rodean a otros productos de su competencia. Así, las transacciones y pagos realizados con ella están cifradas de extremo a extremo. La compañía ha asegurado además que los datos de sus usuarios no se venderán a terceros. Y no cobran comisiones por utilizar la tarjeta.
Este es por ahora el paso más decidido que ha dado Apple hacia el mundo de la banca, aunque en el futuro puede decidirse a avanzar más para hacer la competencia a los bancos tradicionales. Esto siguen con recelo los pasos de las tecnológicas hacia su terreno. Mientras, otras entidades menos convencionales, como el neobanco N26, dan la bienvenida a la llegada de las tecnológicas al sector, ya que según Francisco Sierra, su Responsable de mercados europeos, apuntando cree que de esta manera se va «a empujar un cambio en la mentalidad del cliente. El cliente va a descubrir que hay otras cosas ahí fuera«.
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