Oriol Vinyals, único español de la lista del MIT de los innovadores menores de 35

Como cada año, el Massachussets Institute of Technology (MIT) ha publicado su lista anual de 35 innovadores menores de 35 años que destacan por su labor en diversos campos relacionados con la ciencia, la investigación y la tecnología. Habitualmente está copada por norteamericanos y asiáticos, con presencia habitual de europeos. Ocasionalmente en la lista aparece algún personaje que ya cuenta con cierto renombre, como el caso de Evan Spiegel, fundador de Snapchat, que este año ocupa un puesto en la categoría de «Visionarios». Pero encontrar un español en ella es algo, por desgracia, muy poco habitual. De ahí la sorpresa de descubrir que Oriol Vinyals, un ingeniero de 33 años de Sabadell, forma parte de la lista de innovadores del MIT de este año, en el apartado de «Pioneros». Su campo de investigación, en palabras sencillas, está relacionado con enseñar a los ordenadores cómo pensar.

Vinyals, que trabaja desde hace unos meses en Londres como investigador en deep learning para Google DeepMind, ha formado también parte del equipo Google Brain. Lleva más de 10 años ya fuera de España, ya que tras terminar sus estudios en la Universidad Politécnica de Cataluña se doctoró en la Universidad de California, Berkeley, en Ingeniería Eléctrica e Informática (EECS), y cuenta también con un Master de la Universidad de California, San Diego. Finalizados sus estudios, y tras ganar varias becas en Microsoft y Google, decidió quedarse como investigador en esta última. Una trayectoria académica impresionante, a pesar de que hace casi un par de décadas Vinyals ya era bastante conocido en ciertos círculos muy distintos de los académicos. Con 15 años, el catalán estaba considerado el mejor jugador de StarCraft de España, y figuraba entre los 16 mejores de toda Europa.

Su obsesión por este juego, en el que varias facciones compiten por tomar el control de los territorios del juego de forma similar a un juego de ajedrez con tres jugadores en vez de dos, era tal que el entonces adolescente quedó fascinado por los problemas que plantea, y que suponían un desafío para el campo de la inteligencia artificial. Vinyals era consciente de que el juego volvería a ser alguna vez una presencia importante durante su vida adulta, y así fue. Mientras estudiaba en Berkeley, ayudó a desarrollar un bot de Inteligencia Artificial, denominado Overmind, capaz de jugar por sí solo a StarCraft. No sólo eso, sino que este bot consiguió ganarle a él.

Después, ya más adelante y cuando formaba parte del equipo de investigadores  de Inteligencia Artificial de Google, creando nuevas técnicas para la traducción de idiomas por ordenador, le llegó una inspiración. Decidió intentar que un ordenador pudiese «escribir» con precisión la descripción de una imagen. Más o menos, lo que pretendía conseguir es que el ordenador dotado de dicha capacidad fuese capaz de traducir lo que veía en una imagen, a palabras. Y fue sencillo. Según apunta el propio Vinyals, para conseguirlo sólo tuvo que cambiar una línea de código: en lugar de enfocar el programa para que el equipo tradujese del francés, lo modificó para que hiciese lo mismo, pero con una imagen. Probó si funcionaba mostrando al programa una foto de un mercado abarrotado con plátanos en el suelo. Al poco rato, el programa respondió que veía un grupo de personas en un mercado comprando fruta. Había funcionado.

Esta tecnología está hoy integrada en Google Image Search, y permite que los ordenadores puedan capturar imágenes y enseñarselas como resultado a la gente que busca fotos que estén relacionadas con los términos de búsqueda que comunican al buscador.

Además, Vinyals es el responsable, junto con su equipo, del desarrollo de una tecnología de Gmail denominada Respuesta Inteligente, cuya misión es sugerir respuestas cortas a mensajes de correo de manera automática. En la actualidad, trabaja en DeepMind, una startup que Google compró hace aproximadamente año y medio, en el desarrollo de ordenadores capaces de  jugar y ganar juegos complejos no sólo «aprendiendo» sus reglas, sino también aprendiendo de la experiencia acumulada al jugar.