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Orange Bank, de telecomunicaciones a banca minorista

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Orange Bank

Una y mil veces hemos hablado de la necesidad de evolución de las empresas (o te mueves o caducas, como decía una popular campaña publicitaria hace unos años), y también de lo altamente recomendable que es la diversificación, es decir, procurar contar con muchas fuentes de ingresos, de manera que si una falla, el negocio siga siendo sostenible. No obstante, el planteamiento de ambos movimientos (evolución y diversificación) siempre suele ir en consonancia con las actividades, digamos originales, de la compañía, pues abordar otros mercados fuera del área de especialidad, puede suponer un gran riesgo. Esto no parece, no obstante, haber frenado al grupo francés de telecomunicaciones Orange, y que siguiendo con los planes que ya desveló hace algún tiempo, y como confirma ahora HelpmyCash, ya ha puesto en marcha Orange Bank, su propio banco. Un servicio que, eso sí, de momento solo estará disponible en el país galo.

Sí, has leído bien, la teleco llevaba ya algún tiempo anunciando sus intenciones de entrar en el sector de la banca minorista, y de hacerlo con un enfoque muy tecnológico (100% de operativa online y demás), para competir con otros servicios bancarios que, englobados en el fenómeno fintech, pretenden cambiar el modo en el que los usuarios trabajamos con nuestros bancos. Con este modelo, que ya se aplica en mayor o menor medida por otras entidades, se intenta desvincular al cliente de la oficina, facilitando que gran parte de las operaciones (incluso la apertura de cuenta, en algunos casos) se pueda efectuar online.

El arriesgado movimiento de Orange Bank, que ha causado un cierto estupor en el resto de operadoras, ya ha sido probado previamente tanto en Polonia como entre algunos de sus empleados en Francia. No obstante, lo más llamativo es que, para llevar a cabo esta operación, la teleco ha decidido adquirir el 65% del banco francés Groupama y, una vez este en sus manos, remodelar su cartera de productos y servicios para adaptarla al modelo fintech que pretende ofrecer a sus clientes. Así pues, podemos decir que lo que ha hecho en realidad Orange es adquirir una entidad bancaria tradicional, adaptarla al nuevo paradigma y cambiar su nombre.

Ahora viene la parte más complicada: ¿será la teleco capaz de competir con otras entidades ya asentadas? Se da una curiosa circunstancia, y es que las empresas de los sectores bancarios y de telecomunicaciones no suelen contar con especial buena fama (basta con ver los rankings de reclamaciones de las asociaciones de usuarios), por lo que Orange Bank tendrá que enfrentarse no solo a una fiera competencia (será interesante ver cómo reacciona ING al ver comprometido su color, un elemento clave de su identidad corporativa), sino también a bastantes prejuicios asociados a la propia imagen de marca del grupo francés.

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