Thiel apuesta por la colaboración de la NASA con las empresas privadas

Con su elección como presidente y su próxima llegada a la Casa Blanca, Donald Trump tendrá que enfrentarse a una enorme lista de asuntos y tareas, en las que sin duda desarrollará las políticas que ya ha anunciado (o al menos dado a entender) durante los últimos años. No obstante, mucho de ese trabajo recaerá también en asesores y en su equipo de trabajo. Así, todas las personas que ya forman parte de esa lista (aunque todavía sea en los equipos de transición) tienen, a la vez, que hacer valer las ideas del presidente electo, y las suyas propias en los campos que más conocen. Tal es el caso, como cuenta hoy The Wall Street Journal, de Peter Thiel, el principal valedor de Trump en Silicon Valley durante el proceso electoral, y que ahora forma parte de su equipo de transición.

Y es que, según el diario financiero, Thiel estaría haciendo valer su influencia en el presidente electo para fomentar la colaboración entre la NASA y las nuevas empresas privadas dedicadas al sector aeroespacial. Un ecosistema más amplio de lo que muchos piensan, y que cuenta con dos actores principales: Elon Musk y Jeff Bezos, creadores de SpaceX y Blue Origin respectivamente. Varias fuentes citadas por TWSJ afirman que, desde el primer momento, y especialmente cuando Mike Pence (el vicepresidente de Trump) planteó una primera lista de cargos, Thiel intercedió por las start-ups aeroespaciales, abogando por una mayor colaboración entre los sectores público y privado.

Hasta ahora, las principales contratistas privadas de la NASA eran los fabricantes aeronáuticos, como Boeing y Lockheed-Martin, que sí que han contado tradicionalmente con bastante representación dentro de la agencia. Así, este cambio de política defendido por Thiel y que Trump parece haber tenido en cuenta se puede traducir en una lucha de poder entre ambos grupos: los grandes grupos aeronáuticos y las start-ups aeroespaciales. Y será a medida que se vayan definiendo el equipo definitivo de gestores de la agencia, cuando podremos comprobar si se produce ese cambio, y las nuevas empresas ganan peso en las actividades de la agencia.

Thiel ya ha recibido algunas críticas por la postura que ha adoptado a este respecto. La mayoría de ellas apuntan a que la amistad personal entre Mysk y Thiel llevó a este a invertir, a través de su fondo de inversión Founders Fund, en los primeros pasos de SpaceX. Así, la gran duda que plantean los detractores es si Thiel está actuando motivado por intereses personales, puesto que el crecimiento de la start-ups espacial de Musk se traduciría en grandes beneficios económicos para Thiel, aunque esto no suponga necesariamente una mejora para la NASA.