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Así funciona ‘Y Combinator’

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Cada año, algo más de un centenar de fundadores TIC, participantes en el programa de aceleración de startups Y Combinator, se ponen delante de una audiencia, entre la que están los inversores más relevantes del mundo, para presentar durante dos minutos sus planes de negocio para intentar captar su atención (y su dinero). Normalmente siempre sale bien y además consiguen una importante publicidad gratuita en los medios.

Tal es el éxito que anualmente se presentan miles de compañías de todo el mundo al exigente proceso de selección de Y Combinator para su programa. Este año han sido 7.000. Pasan el corte entre 100 y 120. Sus fundadores tendrán ante sí los tres meses más agotadores de la corta existencia de sus empresas, pero para casi todos el trabajo que desarrollarán y la ayuda que recibirán durante su estancia en Silicon Valley merecerá la pena. Es posible que comiencen a cosechar frutos casi en el mismo momento en que presenten su producto.

Cuando apenas han pasado 24 horas desde el final de las dos jornadas del Demo Day, la sesión de presentación a inversores de los participantes en el programa de aceleración de Y Combinator, muchos de los fundadores de las 120 empresas que presentaron sus criaturas en el auditorio del Museo de Historia de la Informática de Mountain View (California) ya han visto cómo los principales medios están publicando noticias sobre sus compañías y la historia que tienen que contar al mundo.

También es posible que varios ya hayan comenzado a recibir llamadas de alguno de los cerca de 500 inversores que estaban entre el público en busca del próximo unicornio tecnológico. Hoy miércoles, después de las dos jornadas de presentaciones, las startups aceleradas están inmersas en lo que la aceleradora llama «el día de los inversores», en el que los que han participado como público en las presentaciones se reúnen con las compañías que les han parecido más interesantes para invertir. Algunas de ellas saldrán del programa de aceleración ya con el dinero que necesitan para ponerse en marcha y crecer, mientras que para otras comenzará un proceso de negociación para conseguir financiación que puede durar meses. Todo depende de cómo valoren su producto los inversores.

Airbnb y Dropbox salieron de Y Combinator

Y Combinator, fundada por Sam Altman en el año 2005, ha sido desde entonces la plataforma de lanzamiento de unas 1,400 empresas, cuyo valor combinado supera, según CNBC, los 80.000 millones. Algunas son tan conocidas como Airbnb, Dropbox o Stripe. Entre los mentores que participan anualmente en Y Combinator hay directivos de primer nivel del mundo de la tecnología, e incluso empresas que acuden para que los concursantes prueben sus próximas funciones o productos. Es el caso de Whatsapp, que este año ha trabajado con varias para que probasen su futuro sistema de comunicación entre empresas y clientes a través de su herramienta de mensajería.

 Entre las startups que han participado este año en Y Combinator está Hivy, cuyos fundadores se dedican al desarrollo de software de gestión de oficinas, y Wright Electric, que construye aviones eléctricos. También la canadiense Fiix, cuyos fundadores la definen como «el Uber de las reparaciones de coches«. Decidieron participar en el programa de Y Combinator para recibir consejo sobre sus planes de expansión a otras ciudades, y están satisfechos con su paso por él. Uno de ellos, Khallil Mangalji, comenta que «Y Combinator te ayuda de verdad a centrarte en lo que importa. Los socios han visto hasta ahora miles de las mentes más brillantes del mundo del desarrollo de startups«.

Según su CEO, Michael Siebel, como las empresas que participan cada año en el programa son tan jóvenes, también pueden contribuir a marcar una tendencia futura en varios sectores. «Son los fundadores los que marcan las tendencias, no nosotros. Nos gusta ver qué les interesa, y es estupendo que pueda interesarles algo que dentro de diez años sea relevante«. Siebel, que ha participado como alumno del programa en dos ocasiones, como cofundador de Justin.tv y Socialcam (ambas vendidas por más de 1.000 millones de dólares), destaca que el secreto que su programa es la naturaleza inmersiva que proporciona. Para él, este programa usa un modelo distinto a otros, porque «el hecho de juntar a gente en un grupo hace que todos trabajen más«.

En parecidos términos se expresa Jeff Jordan, uno de los socios de Andreessen Horowitz, una de las inversoras tecnológicas más relevantes de Silicon Valley. Tal como él lo ve, «lo que sacas tras pasar un par de días aquí es una inmersión en cientos de ideas. Resulta muy educativo para todo el año«. De hecho, los representantes de los fondos no sólo acuden al Demo Day a buscar sus próximas inversiones, sino también a empaparse de lo que es tendencia.

Foto: Paul Miller

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